Los casi 200 seguidores que acudieron el domingo a la Nova Creu Alta no olvidarán con facilidad el viaje a Sabadell, no sólo porque aún no han logrado estirar los huesos debido a las largas horas de autobús, sino porque una vez que concluyó el choque pasaron momentos angustiosos por culpa de los incidentes provocados por los seguidores más radicales del Sabadell. El hecho de que hubiera numerosos niños la zona donde estaba los eibarreses no evitó que algunos descerebrados les lanzaran piedras y petardos, ante unos mossos d'escuadra que, según testigos, tardaron en actuar. Ni siquiera se movieron cuando unos individuos trataron de llevarse una bandera azulgrana gigante y tuvo que ser un guarda de seguridad el que se jugara el pellejo para recuperarla.Fuera cual fuera el resultado, parecían tener sus acciones bien previstas de antemano y es el propio C.E. Sabadell el que tiene que tomar cartas en el asunto, aunque por la nota oficial de agradecimiento a su afición que publicó el club arlequinado, no se ha dado, o no se ha querido dar por enterado. Las propias imágenes de televisión reflejaron que algunas actuaciones reprobables no fueron obra sólo de los ultras, sino que se pudo ver como un niño de apenas ocho años arrojaba una botella vacía al juez de línea. También se vio como Xabi recibía un golpe de los numerosos rollos de papel higiénico que se lanzaron desde la grada.
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