Paulao, como no podía ser de otra forma, sigue con el derbi en la cabeza. Su desafortunada actuación, por confesión propia, resultaría determinante para la victoria del eterno rival, si bien el central fue protagonista muy a su pesar por un hecho deleznable que ha dado la vuelta al mundo. Y es que un número reducido de aficionados radicales del propio Betis castigaron su doble amarilla con gestos y onomatopeyas simiescas, episodio por el que fue interrogado este lunes por el portal brasileño ´Superesportes´. "Fue un acto lamentable. Y muy feo. Deja a cualquiera abatido. Mi familia, tanto la que está en Brasil como la de aquí en España, se encuentra triste y preocupada. Cuando me fui del campo, sólo me lamentaba por la expulsión y no me di cuenta, aunque luego me lo dijeron mis amigos", confesaba el ex del Saint-Étienne, satisfecho porque el acto en sí haya salido a la luz: "Es bueno que esto tenga mucha repercusión para que se tome alguna medida. Todos nosotros somos iguales. El color de piel no cambia nada".
En cualquier caso, Paulao se mostró resignado por lo que le sucedió, pero descarta tomar cualquier tipo de postura más allá de la reprobación pública, pues entiende que lo mejor es centrarse ya en los próximos partidos. En cualquier caso, su argumento no parece el más apropiado para justificar que no llegue hasta las últimas consecuencias en este asunto, pues, precisamente, España es un país donde las libertades y los derechos de todos, sean oriundos o foráneos, están protegidos y garantizados legalmente. "Sólo espero que los responsables hagan lo que tengan que hacer para que no se repita. No pretendo tomar medidas más serias, ya que aquí soy un extranjero y creo que no arreglaría nada. Es difícil combatir a gente así. Las imágenes están ahí para quien las quiera ver", asevera el defensor luso-brasileño.
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En cualquier caso, Paulao se mostró resignado por lo que le sucedió, pero descarta tomar cualquier tipo de postura más allá de la reprobación pública, pues entiende que lo mejor es centrarse ya en los próximos partidos. En cualquier caso, su argumento no parece el más apropiado para justificar que no llegue hasta las últimas consecuencias en este asunto, pues, precisamente, España es un país donde las libertades y los derechos de todos, sean oriundos o foráneos, están protegidos y garantizados legalmente. "Sólo espero que los responsables hagan lo que tengan que hacer para que no se repita. No pretendo tomar medidas más serias, ya que aquí soy un extranjero y creo que no arreglaría nada. Es difícil combatir a gente así. Las imágenes están ahí para quien las quiera ver", asevera el defensor luso-brasileño.
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El medio de comunicación en el que se se expresa Paulao, ´Superesportes´, denunciaba el hecho de que prácticamente ninguno de sus homólogos españoles recogía los insultos racistas de los hinchas radicales del Betis a su propio jugador. La web en cuestión refiere que ni siquiera el club verdiblanco, que sí emitió ayer un breve comentario en su perfil oficial de Twitter, condenó los hechos de manera abierta en un comunicado, como tampoco la Real Federación Española de Fútbol. "Como de costumbre, el hecho no tuvo la repercusión que merece en la prensa española. Ningún medio importante destaca la actitud de los ultras, pues únicamente incluyen una crónica del encuentro (que terminó con el resultado de 4-0 a favor del Sevilla) y unas palabras del deportista haciéndose responsable de la derrota", apunta ´Superesportes´, que comienza su información, firmada por el periodista Thiago Madureira, con un lapidario párrafo: "Una vez más, el fútbol quedó en segundo plano en Europa. En España, durante la jornada 14 de Liga, mostró su cara más abominable (...) Tras ser expulsado del campo Paulao, sus propios aficionados profirieron insultos racistas, imitando el sonido del mono y realizando actos obscenos al jugador". Para rubricarlo, recuerda unas palabras a propósito de estos actos del presidente de la Fifa, Joseph Blatter.
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