Xerez - Guadiaro

Es la crónica de un ascenso anunciado. Un rodillo llamado Xerez Deportivo Fútbol Club coronó ayer su cima. En Chapín, ante una afición totalmente entregada, sin ningún tipo de concesiones -hay partidos que no se juegan, se ganan- y en la primera oportunidad matemática que se le presentaba. Así logró el XDFC el primer ascenso de su historia, un logro que cumplió con todos los cánones del xerecismo y tan anunciado como merecido. Desde el inicio de la competición, estaba claro que el cuadro azulino era el más potente de todos los que componían el grupo de Segunda Provincial pero Carlos Orúe y su tropa tenían el complicado reto de demostrarlo tanto dentro como fuera del terreno de juego porque el sentimiento y el espíritu de este nuevo club traspasa las líneas que delimitan el campo. El partido frente al Guadiaro no hizo más que certificar el éxito espero, que ha llegado a falta de nueve jornadas para el final de Liga pero cuando a los xerecistas les restan por disputar siete encuentros. 

El conjunto guadiareño, serio aspirante también al ascenso y que se presentaba en Jerez con una brillante trayectoria en las últimas trece jornadas, no pudo con el equipo xerecista, que desde el primer momento quiso mandar sobre el césped como corresponde a un combinado nacido para escalar categorías paso a paso y fruto de una gran pasión, que, además, lucha contra el fútbol negocio. Con un campo con la mejor entrada de la temporada, con más de ocho mil espectadores en las gradas según el club, y un ambiente de fiesta, los de Orúe no querían dejar nada a la improvisación pero le entraron las dudas lógicas de lo que había en juego, aunque supieron mantener, en el día que había que culminar el trabajo, la misma línea de casi toda la temporada. Una línea que le ha permitido subir ya el primer peldaño en la escalera del éxito y que le debe conducir a la categoría que por potencial, fútbol y afición merece. De todos modos, en esta oportunidad les tocó sufrir y ponerse el mono de faena ante un cuadro rojillo serio, ordenado y con muchos más argumentos de los que han mostrado otros rivales en su paso por Chapín. Los xerecistas, llevados en volandas por su afición, salieron con ganas y con la intención de resolver por la vía rápida pero fue Edu Villegas, a los dos minutos, el que tuvo que salvar a los suyos del 0-1, tirándose valiente a los pies de Juanjo. Las imprecisiones en las entregas fueron constantes en el primer cuarto de hora y el Deportivo sólo estuvo cerca de abrir el marcador cuando, en el minuto 11, Orihuela colgó perfectamente una falta al corazón del área que fue bien rematada por Romerito. El balón entró pero el colegiado anuló el tanto por considerar que el defensa había empujado al meta visitante. 

Con mucho equilibrio y pocas oportunidades claras, Olmo se encargó de abrir la lata superada la media hora (33'). Un zapatazo de Orihuela se estrelló en el larguero, el centrocampista recogió el rechace y puso el balón fuera del alcance de Cristian. Delirio dentro del campo y en la grada. Tanto, que se lanzaron petardos que cayeron en las pistas de atletismo y por megafonía tuvieron que advertir a los aficionados del Fondo Sur que no volvieran a hacerlo... La primera mitad terminó con dos ocasiones que Guille no acertó a convertir para dejar el ascenso prácticamente sentenciado. En la primera (38'), Olmo le dejó de tacón una pelota clarísima pero el jerezano la mandó fuera y en la segunda, su tiro rozó el poste de la portería visitante.

El paso por vestuarios sentó mejor a los visitantes que a los azulinos, que apretaron con fuerza buscando la igualada, un empate que sabían tenían que firmar antes de que las fuerzas se les agotaran porque Chapín se le hace grande a todos los rivales. Orúe, desesperado en la banda con algunas acciones y movimientos de sus jugadores, optó por dar aire al equipo. Pedro Herrera y Dani Pendín entraron por Guille y Copano. El Guadiaro seguía a lo suyo y a los 57 minutos casi deja enmudece Chapín. Cornejo se tuvo que emplear a fondo para sacar bajo palos un tiro de Marco. Minutos después (63'), Pedro Herrera hacia el 2-0, un gol que parecía llevaría la tranquilidad al equipo de Orúe. Jugada de estrategia al canto.

El delantero remachó bajo palos una falta lanzada por Orihuela y peinada por Juanma Reyes. Pero para darle emoción y suspense a la tarde, Polaco, que acababa de saltar al campo, recortó distancias en el marcador al estar más listos que los azulinos dentro del área y después de varios rechaces (70'). El partido estaba abierto, aunque el Xerez DFC estaba más entero que un rival que comenzaba a dar síntomas de cansancio. Con Romerito y Dani Pendín al mando de las operaciones, la experiencia es un grado, el ascenso había que cerrarlo. Nadie quería que la fiesta se aplazara porque ya estaba todo preparado. Y de poner la guinda al pastel se encargó otra vez el delantero Pedro Herrera. El ariete, muy activo, firmó un doblete a falta de dos minutos para el final. Casi bajo palos, remachó un gran servicio de César. Con 3-1, la suerte estaba echada y el primer ascenso, en el bote. La grada celebró por todo lo alto el logro y los jugadores, especialmente los más jóvenes, se unieron a una fiesta que se prolongó durante casi veinte minutos y que terminó con el lanzamiento de cohetes.