La muerte del seguidor del Deportivo de la Coruña durante una batalla campal en Madrid sigue dando mucho para pensar en el entorno de todas las aficiones al deporte, aunque poco tenga que ver con el término deportivo. Afortunadamente en los últimos años en Cartagena apenas han habido sucesos y menos de esta magnitud. Sin embargo, es tema de debate en los últimos días como en el resto del mundo.
Hasta hace unos años, el presidente de las peñas del Cartagena pertenecía a un grupo llamado Ultras Cartago y Angosto diferencia bien entre los violentos y los ultras. «La diferencia es que ultra es aquel que anima al equipo hasta quedarse sin voz. El que canta, viaja y organiza eventos para apoyar a su equipo. En este lamentable caso hablamos de violentos que son capaces de quedar para pegarse y esos no tienen cabida en el fútbol y nada tiene que ver con lo que que era nuestra peña».
Considera también que es un error el hecho de que se disuelvan grupos o se cierren gradas tal y como anunciaban ayer los clubes implicados en la reyerta del pasado domingo. «Los responsables de los clubes de Primera y Segunda División y los responsables de seguridad saben quienes son los violentos y hay que apartar a esos garbanzos negros, no a los demás. Tienen medios para hacerlo».
Angosto es consciente de que en Cartagena ese tipo de 'aficionados' es residual y en los últimos años no han habido más que altercados puntuales. «Normalmente son gente que usa el fútbol como excusa o medio para la violencia y normalmente los motivos son de índole política» y añade que «afortunadamente en Cartagena hemos tenido pocos incidentes en los últimos años, salvo algunos muy concretos y por supuesto de menor importancia que el tema que nos ocupa. Nosotros consideramos que los aficionados tenemos que ser los mejores embajadores de Cartagena en nuestros desplazamientos fuera de la ciudad y ser acogedores con los que visitan el estadio para que quieran volver y para que no haya miedo a viajar en familia. Por eso, hemos hecho muchísimos hermanamientos con aficionados rivales» explica el cartagenero.
Cree que es el momento de que se actúe con contundencia, pero no con medidas generales sino quitando de verdad a los que sobran en el mundo del deporte y no a quienes lo dan todo por los colores del club de sus amores. El debate seguirá abierto.
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