Tarde-noche de incidentes previos al encuentro entre el Athletic y el Espanyol. Se produjeron ayer varios altercados tanto en las cercanías de San Mamés, como en el barrio vizcaíno de Deusto. A primera hora de la tarde, tres radicales agredieron a una pareja de aficionados ‘periquitos’, y poco después efectivos de la Ertzaintza detuvieron a un joven vizcaíno de 18 años por este motivo. Más tarde, se produjo el apedreamiento del autobús que transportaba al conjunto de Sergio González.
En este último suceso, la secuencia fue la siguiente. El equipo local llega primero. Centenares de personas les esperan. Uno de los vehículos de la Policía autonómica que le precedía como escolta fue atacado con lanzamiento de objetos que supusieron la rotura de los faros delanteros. Poco después aparece el Espanyol. Pese al espectacular despliegue de la Ertzaintza, el autocar fue atacado con el lanzamiento de al menos un objeto que rompió una de las lunas laterales, según indicaron fuentes del departamento de Seguridad a EL CORREO.
Antes, en Deusto ya se habían producido incidentes cuando un grupo de jóvenes arrojaron objetos sobre los hinchas visitantes, a los que la Ertzaintza escoltaba. Se produjeron momentos de tensión, con ciudadanos refugiándose en comercios de la calle Lehendakari Aguirre.
A la salida del hotel
La agresión a la pareja de aficionados del Espanyol se produjo alrededor de las seis de la tarde y en ella estuvieron implicados tres individuos en la céntrica calle Rodríguez Arias, a la salida del hotel en el que pernoctaban. Por ese incidente, se produjo la detención de un joven vizcaíno de 18 años. La agresión tuvo lugar cuando los dos seguidores catalanes se encontraban en la calle tras abandonar el hotel Abba Parque en el que estaban alojados. Según su testimonio, «un grupo de radicales» les atacó y propinó «algunos golpes antes de huir a la carrera». Uno de los hinchas sangraba de la nariz por el golpe recibido. Recibió asistencia médica, aunque la levedad de las heridas evitó que tuviera que ser trasladado a un centro hospitalario. La Ertzaintza les propuso presentar una denuncia. Sin embargo, no lo hicieron.
Y a primera hora de la tarde, la Policía vasca retuvo en Areta cuatro autocares de aficionados del Espanyol en una medida destinada a extremar las seguridad de cara al partido. Se trataba de ver si eran violentos y de constatar que no llevaban utensilios potencialmente peligrosos. Las pesquisas revelaron que no había nada denunciable.
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