Tres aficionados ultras del Mérida fueron detenidos el sábado tras concluir el partido de Tercera División que enfrentó al Mérida con el Badajoz en el estadio emeritense. Los incidentes se produjeron cuando varios agentes del Cuerpo Nacional de Policía escoltaban a los aficionados llegados desde Badajoz a la zona donde se encontraban los autobuses.
En ese momento se estableció un cordón de seguridad para evitar que se mezclaran las aficiones, pero algunos ultras del Mérida trataron de romperlo.
La Jefatura Superior de Policía de Extremadura ha explicado que los agentes fueron empujados y sufrieron pequeñas lesiones consistentes en erosiones y arañazos. Los detenidos, que tienen 33, 37 y 39 años, pasaron la noche en Comisaría y ayer por la mañana fueron puestos a disposición judicial acusados de un delito de atentado a agentes de la autoridad.
Este fue el incidente más serio que se produjo, pero no el único. Testigos presenciales han explicado que los ultras del Badajoz accedieron al estadio en el minuto doce de partido por seguridad y lo hicieron arrasando con las vallas de protección, por lo que al poco tiempo se vio obligada a actuar la policía cargando contra ellos.
Minutos antes del descanso, los aficionados pacíficos del Badajoz (que entraron antes de comenzar el partido) tuvieron que ser reubicados en el fondo norte, alejados de los ultras, a petición de los propios seguidores para evitar males mayores.
Durante el descanso del partido, diez policías tuvieron que sacar a la fuerza a aficionados del Badajoz que estaban destrozando los aseos del estadio Romano en el Fondo Norte.
Al poco de reanudarse la segunda parte, los jugadores del Badajoz sufrieron múltiple lanzamiento de objetos por parte del sector más radical del Mérida en la salida de un córner que paralizó el partido tres minutos.
En el ecuador de la segunda parte, los radicales del Badajoz desplegaron durante varios minutos una pancarta ofensiva hacia el Mérida y sus aficionados, lo que caldeó aún más los ánimos de ambas aficiones.
Minutos después de terminar el partido, y a pesar de las reiteradas llamadas desde la megafonía del estadio para que no se invadiera el campo, un centenar de los seguidores más radicales del Mérida invadieron el terreno de juego y se dirigieron al fondo norte para enfrentarse a los radicales desplazados desde Badajoz.
Al final del choque, una vez desalojados los ultras del Badajoz, la estampa del fondo donde estuvieron ubicados era catastrófica, con casi todos los asientos rotos.
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