Al final no fueron los aficionados del Atlético de Madrid, como cabía esperar, los que se llevasen las butacas del Vicente Calderón. La final de Copa del Rey entre el Alavés y el FC Barcelona dejó una imagen de las gradas con numerosas butacas arrancadas, casi todas en el sector que ocupaban los hinchas del cuadro catalán, en las que se podían ver las butacas arrancadas.
Algunos seguidores culés quisieron llevarse de recuerdo las localidades del estadio colchonero, lo que supone un problema para el Atlético de Madrid puesto que este domingo disputa un partido, el de ‘Final de Leyenda’ con el aforo prácticamente vendido y que tendrá que trabajar contrarreloj, en esta mañana de domingo para reponer en la medida que pueda los desperfectos.
Al igual que pasó en el encuentro que disputó el Atlético de Madrid ante el Real Madrid correspondiente a las semifinales de la Liga de Campeones, decenas de aficionados se llevaron los asientos a sus casas. En ese caso, el club reaccionó e identificó a los que eran socios del Atlético pero en este caso poca solución tendrá. Para el club colchonero, reponer cada asiento tiene un coste de 40 euros.
Los hinchas del equipo catalán sucumbieron a la tentación de llevarse un recuerdo de un estadio donde su equipo ganó la última Liga y las tres últimas Copas del Rey, entre otros títulos. Más de un centenar de asientos fueron arrancados. No es lo único que el club colchonero tendrá que reponer, tendrá que reponer las redes rojiblancas que Gerard Piqué cortó, como suele hacer cada vez que gana un título, y que sorteará entre los aficionados colchoneros.
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