Bombos, bufandas, banderas... Y cientos de gargantas. Esas son las armas de los aficionados leoneses y, sobre todo, de las peñas que cada fin de semana arropan a la Cultural. Funcionan como el pulmón de un equipo que hoy recibirá el aliento de una grada entregada a la fiesta del fútbol. La ocasión y el rival lo merecen.
La Cultural no caminará sola para defender su Reino de la visita de un coloso al que llaman Barcelona y que aterrizará a orillas del Bernesga después de poner la puntilla a Lopetegui. Miles de aficionados leoneses procesionarán hasta el estadio para arropar a los de Víctor Cea, que, aunque son conscientes de sus prioridades, quieren disfrutar junto a sus fieles de la fiesta copera.
De las gradas emergerán los habituales cánticos de ánimo que cada fin de semana abrazan a los futbolistas del primer equipo. La Cultural siempre ha tenido tras de sí una legión de seguidores que nunca claudicó. Y eso que vinieron mal dadas. Incluso en Tercera muchos estuvieron al lado del equipo. Principalmente las peñas, que han crecido de forma notable durante los últimos años. También el público infantil.
La mayoría, sobre todo las más ruidosas, ocupan buena parte del Fondo Sur, territorio comanche para el conjunto rival. Su aliento, sin duda, se dejará notar durante los noventa minutos de un partido histórico.
Nunca fallan. Su pasión por la Cultural les viene de cuna. Animan sin parar los integrantes de Orgullo Cazurro, Grupo Culturalista Reino de León, León Rampante, Guzmán El Bueno, Triperos Cultu, Toribio Morán, El Rugido Leonés, Boñar, Cruzando el Negrón, Culturalistas en Barcelona, Gradefes «El Retiro», La Puentecilla, Natal, Los Tóxicos de la Cultural, Piedra Blanca y Tetuán. Ellos darán color a un Reino que presentará la mejor entrada de la temporada, más allá de que el actual campeón de Liga y Copa venga sin sus principales estrellas. Sobre todo Messi, lesionado.
Banderas, tambores, bufandas al viento... Todo por la Cultural, que busca el mayor respaldo posible ante un compromiso que, una vez más, pone a la ciudad en el mapa del fútbol mundial.
Y en esa exposición que traspasa fronteras, la afición es un elemento muy importante. El jugador número doce, que igualmente ejercerá su partido y actuará de pulmón para insuflar oxígeno a unos futbolistas que están en un buen momento y que sueñan, porqué no, con plantarle cara al todopoderoso Barcelona.
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