lunes, 10 de marzo de 2008

Los radicales sabotean el minuto de silencio previsto en San Mamés por el edil asesinado

La noticia se conoció la noche del sábado a través de la página web del Athletic. En una escueta nota de prensa, la directiva del club bilbaíno informó de que, como consecuencia «del asesinato perpetrado en Arrasate» y «atendiendo a la recomendación de la Liga del Fútbol Profesional», en los prolegómenos del partido ante el Valladolid se guardaría un minuto de silencio en San Mamés en memoria de Isaías Carrasco. La prosa del texto era fría. Leyéndolo, nada desvelaba la excepcionalidad de la iniciativa. Y, sin embargo, la decisión de la junta que preside Fernando García Macua era histórica. Nunca antes una directiva del Athletic había decidido secundar el minuto de silencio que se guarda en los campos de fútbol después de un asesinato terrorista. San Mamés siempre había permanecido al margen. Eso sí, no tanto al margen de la política como de la escenificación de la repulsa ante los asesinatos de ETA. El matiz es importante. Porque lo cierto es que el césped de La Catedral sí que ha sido utilizado como escenario de actos y gestos con claro trasfondo político. En abril de 1999, por ejemplo, los jugadores del Athletic y de la Real Sociedad salieron al campo portando la ikurriña para celebrar el Aberri Eguna, una iniciativa que provocó las críticas de algunos sectores no nacionalistas del club, empezando por el entonces vicepresidente, Domingo Guzmán. Y el pasado diciembre, sin ir más lejos, San Mamés fue el escenario elegido para un acto de reivindicación de la oficialidad de las selecciones vascas, catalana y gallega.
Sabotaje anunciado
Como no podría ser de otra manera, el minuto de silencio para honrar la memoria de Isaías Carrasco había generado expectación. Entre los aficionados rojiblancos que se acercaban ayer al estadio predominaba la curiosidad. ¿Cómo sería la primera vez? Había algo en lo que todos estaban de acuerdo: el minuto no iba a ser de silencio, como lo fueron los dos únicos que se han celebrado hasta la fecha en San Mamés, en memoria de Telmo Zarra y de Javier Uria. Los radicales, la mayoría concentrados en el Fondo Norte y en una esquina de la Tribuna Sur, se iban a encargar de sabotearlo. Con la falta de unanimidad se contaba. De hecho, ésta ha sido uno de los motivos fundamentales para que este tipo de actos no se hayan celebrado con anterioridad en Bilbao. O para que, como sucedió ayer en el Reyno de Navarra, el minuto se anunciara pero no llegara a celebrarse.La sorpresa en San Mamés, pues, no fueron los gritos y provocaciones de quienes ni siquiera son capaces de guardar un silencio respetuoso cuando asesinan a un hincha de su equipo. Lo que provocó el desconcierto de la hinchada fue que, al final, el minuto no fuese minuto sino un puñado casi inapreciable de segundos, apenas ocho. El propio árbitro del Athletic-Valladolid, Aiza Gámez, reflejó en el acta esta brevedad inusitada.

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