jueves, 9 de octubre de 2008

Paliza de la barra brava a dos hinchas opositores

La barra brava de Newell's parece estar dispuesta a todo con tal de garantizar la continuidad de Eduardo López al frente del club. López, un personaje polémico y enigmático al que prácticamente no se le conoce la voz, es el presidente de Newell's desde hace 14 años, justamente el tiempo que hace que no se realizan elecciones en el club. Los socios deberían elegir presidente nuevamente el 14 de diciembre. Y sus seguidores quieren que López gane por las buenas o por las malas. El sábado, durante el partido ante Tigre, un grupo de unos veinte barras secuestró a dos hinchas enrolados en uno de los grupos opositores a López durante casi una hora y le dio una brutal paliza en el Panteón, un gimnasio aledaño al Coloso del Parque Independencia. El ataque trascendió ayer y la policía rosarina afirmó a Clarín que no se registró ninguna denuncia al respecto. El dato no sorprende: por temor a recibir represalias, son contados con los dedos de una mano quienes se animaron a denunciar a los barras de Newell's alguna vez.
"El Pimpi (Roberto Caminos), el Gordo Lalo (Marcelo Latorre) y el Gordo Apio eran los que lideraban al grupo de violentos. A los hinchas los agarraron en la platea techada y los sacaron de la cancha para pegarles en un gimnasio", comentó a Clarín un opositor a López que pidió reserva de su nombre. El Pimpi es el jefe de la barra y el Gordo Lalo y el Gordo Apio, dos de sus principales laderos.
Los ataques de los barras a los hinchas opositores a López se vienen sucediendo con cierta frecuencia desde el año pasado. Ocurren en Rosario, pero principalmente cuando al equipo le toca jugar como visitante: hubo agresiones en Santa Fe, en un partido frente a Colón; y en La Plata, ante Gimnasia y Esgrima y Estudiantes. Más: tres marchas de opositores (dos de ellas en el centro rosarino y una en las puertas de la AFA) se vieron frustradas porque los barras volvieron a utilizar la violencia para acallar a quienes quieren un destino diferente para el club.
Mientras en Newell's se reiteran los hechos oscuros, López prefiere presentarse en el rol de víctima. "En Newell's no hay oposición ni barrabravas. Yo soy discriminado por el periodismo argentino", se quejó el 12 del mes pasado al hablar en Línea de 4, un programa televisivo rosarino.
Para las elecciones faltan más de dos meses. Y en Rosario no son pocos los que temen que los barras vuelvan a golpear.

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