miércoles, 16 de mayo de 2007

El sueño de Gibraltar cae con estrépito

Un total de 48 de las 52 asociaciones europeas dicen “no” a su ingreso en la UEFA.“Sólo una federación nacional puede serlo. ¿Se imaginan que estuvieran dentro de la organización las asociaciones de Zürich o de Baviera”, señaló el portavoz del Comité Ejecutivo “Cuando sea reconocida como país seré el primero en votar “sí””, manifestó Ángel María Villar.
Los sueños de Gibraltar por convertirse en miembro de pleno derecho de la UEFA fueron demolidos de forma estrepitosa por el Congreso de Düsseldorf, de lo que da una simple idea el resultado de la votación de los 52 países miembros del organismo del fútbol europeo: 48 asociaciones lo hicieron en contra en contra de las pretensiones de las autoridades de la Roca, tres, a favor y una federación se abstuvo. Si alguien tenía dudas sobre el posicionamiento de la UEFA, que es el mismo que tiene la FIFA del caso, el resultado es tremendamente esclarecedor.Las previsiones que hacían presumir que ni siquiera un cataclismo avalaría la pretensión de Gibraltar, a pesar de que ésta llegaba avalada por el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), que había obligado a su reconocimiento provisional, se cumplieron y lo hicieron incluso mucho más allá de lo previsto. Prácticamente por unanimidad de los miembros, el Congreso de la UEFA desestimó la pretensión gibraltareña, que en la exposición por su máximo dirigente futbolístico Joseph Núñez, hizo un canto a la sensibilidad de los presentes: los niños que quieren jugar al fútbol en la colonia; sus derechos a hacerlo; la necesidad de que el fútbol amplíe sus fronteras y evite connotaciones políticas… Fue tal el tono sentimental que impuso en defensa de la idea que, de inmediato, Giangiorgio Spiess, el suizo miembro del Comité Ejecutivo de UEFA, que defendía la posición de ésta no pudo por menos que manifestarlo: “Ha sido un discurso muy emotivo, dijo, pero nosotros no podemos dejarnos llevar por las emociones. El Comité Ejecutivo de la UEFA debe valorar los Estatutos y que se cumplan. Diremos porque estamos en contra de la aprobación al ingreso de Gibraltar”.Estas primeras palabras de Spiess, es decir del representante del CE en el asunto, no dejaban lugar a dudas. Su exposición posterior, con repaso histórico a las peticiones de Gibraltar y denuncia de que su Federación hubiera acudido al TAS incluso demandado daños y perjuicios por no haber sido aceptada, fue absolutamente rotunda, mortal para los deseos de la Roca. “Sólo puede ser miembro de la UEFA una federación nacional y eso está vinculado a nación o estado. No es concebible que una federación regional sea aceptada por la UEFA o ¿se imaginan ustedes a la de Zürich o a la de Baviera dentro del organismo?”.“Este es un elemento esencial que hizo que el Comité Ejecutivo adoptara en su día la decisión de rechazar por unanimidad la petición de Gibraltar, algo que ya FIFA había dicho que no era posible”, prosiguió Spiee, haciendo hincapié en que los miembros han de ser “estados independientes, reconocidos por la comunidad internacional”. El miembro del CE finalizó, señalando que “mantenemos la postura que adoptamos en su día y, además, entendemos que sería inaceptable que estuviera Gibraltar entre nosotros y que nuestra asociación madre, la FIFA, no contara con ella como miembro. A título personal, creo que no es posible eso”.Ángel María Villar, presidente de la RFEF, fue el último en tomar la palabra y lo hizo con la pasión, también, que el tema requería. Villar se mostró comprensivo con los deseos gibraltareños de un fútbol para todos, pero no vaciló cuando recalcó el problema político que hace insostenible su deseo. “Cuando sea reconocida como país seré el primero en votar que “sí”, pero antes hay que resolver otros problemas”. Villar defendió la posición de UEFA y FIFA respecto al apoyo a los más débiles, “que se demuestra con el reparto de millones y millones a los más desprotegidos” y lo hizo en alusión al presidente de la Federación de Gibraltar, que en algún momento de su alocución pareció dar a entender que la negativa a sus deseos tenía algo que ver con la debilidad de su organización. “Hay muchas federaciones no poderosas que están entre nosotros, indicó Villar, pero no tienen el problema de Gibraltar. Resuélvanlo y hablaremos”.Antes de fajarse vivamente en el asunto Gibraltar, Ángel Villar manifestó que la RFEF se ponía “a disposición del nuevo presidente de la UEFA, Michel Platini, para lo que quiera”.Finalmente, el Congreso sí aceptó la inclusión como miembro de UEFA de la Federación de Montenegro

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