jueves, 21 de junio de 2007

Boca ganó en Brasil y se consagró campeón de la Libertadores

Se despidió del club a lo grande. Metió los dos goles de la victoria (2-0) de visitante ante Gremio y así el equipo argentino logró el sexto título en la Copa Libertadores, sólo uno menos que Independiente. Hubo un gran planteo en los 90 minutos y la diferencia entre ambos fue enorme. Sobre el final, Román le dejó un penal a Palermo, quien lo tiró afuera.¿Cómo no caer en el facilismo de considerar a Boca prácticamente campeón de antemano? Es que el 3-0 conseguido por el equipo de Russo en el partido de ida había viajado a Porto Alegre, donde Gremio esperaba con la hazaña como objetivo, con un fuerte aroma a serie concluida. En juego estaba nada más y nada menos que el título de la Copa Libertadores de América. Previamente, había que saber que los brasileños llegaban a la final sin derrotas ni goles en contra en el Estadio Olímpico. Además, en esta instancia, los tantos en condición de visitante ya no valían doble. El clima, caliente y pesadito desde el comienzo de la semana, le ponía pimienta a la definición del torneo más importante a nivel continental. En el arranque, como era previsible, Gremio intentó llevarse por delante un Boca que salió a jugar con suma tranquilidad. Y con la premisa de ponerle paños fríos a la cuestión. La idea era sacarle la pelota al local y, así, aumentar el lógico nivel de desesperación, producto de la diferencia que evidenciaba el resultado global. Con este panorama, la primera chance fue para el Xeneize. Palermo apareció solo luego de un centro desde la derecha y cabeceó, pero la pelota fue a las manos de Saja. A partir de ese momento, la historia se inclinó contra el arco de Caranta, aunque el dominio gaúcho era, sobre todo, territorial. De ideas y profundidad, poco y nada. Así todo, la escasez de ingenio a la hora de atacar llevó al conjunto de Porto Alegre a crear alguna que otra situación para romper el cero. Tuta ganó de arriba tras un envío desde la izquierda y Caranta controló. Al ratito, el arquero volvió a contener un tiro libre. Y en la siguiente, Carlos Eduardo sacó una media vuelta mordida después de que Tuta intentara, sin éxito, una pirueta. Una vez más, surgió el número doce argentino. De contraataque, Boca tenía espacios y armas para lastimar a una defensa que no ofrecía demasiadas garantías. Palacio dispuso de una muy buena. Se encontró con la pelota dentro del área, por izquierda, y definió de zurda. Lo taparon justo. Con el girar de las agujas del reloj, Gremio empezaba a impacientarse. Encima, los dirigidos por Russo sobrellevaban el trámite sin pasar grandes sustos y provocaban peligro en las cercanías de la valla de Saja. Una linda jugada entre Palacio y Cardozo derivó en un centro desde la derecha de éste último y un toque de Palermo en el primer palo. Cerca, pero afuera. La mejor de los brasileños llegó a cuatro minutos de que se cumpliera el tiempo reglamentario de la etapa inicial. Diego Souza encaró por derecha y metió un tremendo latigazo que reventó el travesaño de Caranta. No había para mucho más. Apenas para una contra interesante, que bien pudo haber terminado en la apertura del marcador para los argentinos. Palermo peinó la bola cerca de la mitad de la cancha, Riquelme se escapó por izquierda y quiso habilitar a Palacio, quien picaba solo por el medio. Pero Román no fue preciso y el bahiense nunca recibió. A descansar, entonces. Para el Xeneize, la gloria estaba al alcance de la mano.

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