miércoles, 19 de septiembre de 2007

Hinchas en el hemiciclo

Populares y socialistas se aliaron ayer en el Congreso para frenar una nueva ofensiva de los grupos nacionalistas que tenía por objetivo abrir la puerta a la participación en competiciones oficiales de las selecciones deportivas catalanas, gallegas y vascas. Los promotores de las dos iniciativas debatidas en la Cámara Baja -CiU y ERC- contaron únicamente con el respaldo de una treintena de votos de sus propios diputados, el PNV, IU y el Grupo Mixto, frente a 270 parlamentarios de los dos partidos mayoritarios. Incluidos los del PSC, partido que, por el contrario, ayer votó a favor de la selección catalana en el Ayuntamiento de Barcelona.
En su proposición de ley, ERC pedía que los deportistas puedan negarse por cualquier motivo, incluso ideológico, a jugar con la selección española en competiciones internacionales. CiU, por su parte, planteaba una reforma de la ley del Deporte para que las federaciones autonómicas puedan integrarse en los organismos deportivos internacionales.
Lo más destacado del debate fue «la guerra de camisetas» que tuvo lugar en el hemiciclo. A semejanza del conflicto originado con las banderas, el diputado de CiU Josep Maldonado quiso dar más fuerza a sus argumentos exhibiendo la camiseta azul de un equipo autonómico de Cataluña. «Muchos niños catalanes tienen colgada en su habitación una prenda similar, que sueñan lucir algún día», aseguró Maldonado.
«No disfruto con España»
«Yo no disfruto cuando vence la selección española», confesó, por su parte, el parlamentario de ERC Joan Puig en un momento de su intervención. El diputado del PNV Aitor Esteban también dijo lo mismo, mientras enseñaba la camiseta de una selección vasca. «Yo también quiero dejarles claro cuál es la camiseta a la que el sentimiento de mi grupo va unido: a estos colores -dijo mientras mostraba la prenda deportiva verde con la ikurriña en el centro- es a lo único que nuestro sentimiento va unido, la que nos emociona».
El contrapunto lo puso el diputado del PP Francisco Antonio González, que no quiso ser menos que sus colegas nacionalistas y se llevó al Pleno el maillot rojo tradicional de España. «Yo no me siento ofendido por esta camiseta, todo lo contrario. También me siento representado por aquélla, por aquélla y por aquélla. Ésa es la diferencia», dijo González señalando las prendas de las selecciones autonómicas que exhibieron los nacionalistas.
En un discurso cargado de ironía, González pidió a los nacionalistas que «sean valientes» y pidan al presidente del Barcelona, Joan Laporta, que «en vez de ejercer de político, renuncie a participar en la liga española» y únicamente lo haga en una propia catalana.
El socialista Agustín Jiménez, que se escudó en argumentos de tipo jurídico para justificar el voto negativo del PSOE, subrayó que el Gobierno actúa en esta materia de acuerdo con la legalidad e invocó preceptos incorporados a la jurisprudencia por el TC. Remarcó que el bloque de constitucionalidad es el que determina la competencia exclusiva del Estado en materia de selecciones deportivas internacionales.
Foto de familia en la escalinata
Después de la votación, los nacionalistas volvieron a la carga con sus camisetas y anunciaron a la prensa que querían una «foto de familia» en la escalinata de la Puerta de los Leones, Allí, los diputados de CiU, ERC y BNG fueron retratados sonrientes, sujetando sus colores favoritos y una bufanda en catalán que decía: «Una nació, una selecció».

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