martes, 30 de octubre de 2007

Juveniles en pie de guerra

La violencia ha vuelto a los campos de fútbol de la Región de Murcia. Fue el pasado domingo con motivo de la disputa del PSV Sangonera-Plus Ultra del grupo segundo de Segunda Juvenil. La batalla campal que se organizó en el terreno de juego del Mayayo cuando al árbitro pitó el final del encuentro fue monumental y tuvo como consecuencia al menos seis jugadores heridos, una moto rota, destrozos en el vestuario y, sobre todo, una imagen pésima de lo que debe ser el deporte de base.«Cuando el árbitro pitó el final saltaron más de cincuenta personas y nos agredieron. Nunca había visto nada igual en un partido. El encuentro estaba caliente pero lo justo y cuando acabamos, lo normal habría sido irse cada uno a su casa», afirmaba Javi, jugador del Plus Ultra.«Tengo dolores en todo el cuerpo y el cuello no puedo ni moverlo. Me duele hoy más que ayer».El árbitro, Alejandro Güijarro Campillo, refleja el incidente en el acta: «Al finalizar el partido, unas veinte personas saltaron al terreno de juego dando lugar a una pelea en la que se vieron involucrados todos los jugadores de ambos equipos. Tras esto, los jugadores visitantes se refugiaron en su vestuario».Germán, también jugador del Plus Ultra, fue otros de los heridos que pasó por el hospital: «Ha sido increíble. Nos acorralaron en la puerta del vestuario y tardaron en abrirlo diez minutos. Me duele todo el cuerpo y lo llevo lleno de moratones».La otra versiónEn el otro lado, las cosas no se vieron del mismo modo. Para Matías López García, presidente del PSV Sangonera, las cosas se han magnificado demasiado. Este directivo defiende el comportamiento de sus aficionados y jugadores: «Ellos están contando sólo lo que quieren. El viernes por la noche varios de sus jugadores estuvieron en el pueblo y se enfrentaron a jóvenes de aquí en una pelea en la puerta de la iglesia. Esta pelea no tenía nada que ver con el fútbol y con nuestro club».Para el presidente de este club, que nada tiene que ver con el Sangonera que milita en Tercera, la pelea tuvo un culpable claro: «La culpa es del árbitro, ya que tenía que haber cortado las entradas duras con tarjetas y con alguna expulsión». Los jugadores del Plus Ultra no fueron precisamente angelitos, según López García: «Los protegimos para que salieran de allí a pesar de que habían tirado una moto y habían roto cristales, una escayola y azulejos. Era una cosa de críos que poco tiene que ver con nuestro club pero ellos se han empeñado en magnificarlo».De momento, la Federación murciana aún no ha recogido todas las actas del fin de semana. Una vez recogidas todas ellas, hasta el jueves no se sabrán las sanciones que pueden recaer sobre ambos equipos. En función de lo que dictamine la propia Federación en relación al acta del partido, el Plus Ultra está convencido de seguir hasta el final aunque sea mediante la vía judicial. El problema radicará en identificar y localizar a un culpable en concreto.

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