Las tácticas, los esquemas, quién ganó, cuántos puntos tiene tal equipo, todo eso fue dejado de lado ayer porque la violencia volvió a atacar al fútbol uruguayo. Tres hombres, uno de ellos menor, fueron baleados. Dos son simpatizantes del Club Platense y el otro es hincha del Club Cerrito. También hubo escaramuzas al término del encuentro Cerro-Peñarol: diez detenidos y algunos heridos de poca entidad en enfrentamientos con la Policía.Si bien la Jefatura de Policía de Montevideo diagramó un importante operativo para que no quedara nada librado al azar con relación a la seguridad del encuentro que iban a protagonizar en el Estadio Luis Tróccoli los equipos de Cerro y Peñarol en la tarde de ayer, el principal foco de violencia no se registró en ese lugar, sino que terminó dándose a escasas diez cuadras, en el Estadio Abraham Paladino, cancha del Club Progreso.
Si bien allí no jugaría el equipo del Presidente, sí lo harían por la décima fecha del Torneo Apertura del Campeonato de la Segunda División Profesional Platense-Cerrito.
Ambos equipos tienen una vieja rivalidad, debido a su proximidad geográfica, y protagonizaron muchos duelos cuando militaban en divisiones inferiores, e incluso en la época en que compartían la faz amateur. Todo comenzó a complicarse previo al inicio del encuentro, lo cual sucedería a las 17.00 horas. Parciales del verde-amarillo del Cerrito, cuando se encontraron con sus homónimos de Platense, estuvieron "tirándole unos tiros", como informaron varias emisoras radiales, aunque milagrosamente no hubo heridos. Pero el comienzo del partido y el ingreso de los simpatizantes al Paladino hizo pensar a los efectivos encargados de la seguridad que la "calentura" se había diluido y que no se registrarían mayores incidentes. No obstante, al término del juego, el cual finalizó con la victoria de Cerrito por 2 a 0, los parciales del equipo amarillo no quedaron conformes y fueron por más, y nuevamente balearon a la gente de Platense a escasos metros del Paladino, en la zona de los accesos a la ciudad de Montevideo. La diferencia fue que esta vez sí los proyectiles impactaron en dos hinchas del equipo perdedor. Ismael Da Silva Martínez, de 26 años, resultó con dos heridas de bala en hipocondrio, con orificio de entrada y no de salida.
Este fue derivado al dispensario del Cerro y de allí al Hospital Maciel, donde fue operado y se encuentra en estado delicado, debatiéndose al cierre de esta edición entre la vida y la muerte.
El otro joven, Jorge Suárez, de 25 años, recibió un disparo en la zona hipogástrica, y también pasó por el dispensario y el Maciel, pero fue trasladado a un nosocomio privado. Luego de sucedido este hecho, otros hinchas de Platense, al ser avisados por los presentes, no tuvieron mejor idea que "tomarse revancha" y fueron a "ajustar cuentas" a la sede de Cerrito. Armados, al igual que sus rivales, tirotearon a la sede del club verde-amarilla, e incluso dispararon contra un menor que circulaba por la zona --en la intersección de Joaquín Artigas y Bruno Méndez--, quien iba vistiendo inocentemente los colores del equipo de sus amores. El joven herido fue trasladado inmediatamente a dependencias del Hospital Filtro donde recibió los primeros auxilios y luego fue derivado al sanatorio de una mutualista. La División Homicidios de la Dirección de Investigaciones de Jefatura de Policía de Montevideo investiga el tema. Los testigos que presenciaron todos los hechos serán conducidos en las próximas horas ante la Justicia competente.
Si bien allí no jugaría el equipo del Presidente, sí lo harían por la décima fecha del Torneo Apertura del Campeonato de la Segunda División Profesional Platense-Cerrito.
Ambos equipos tienen una vieja rivalidad, debido a su proximidad geográfica, y protagonizaron muchos duelos cuando militaban en divisiones inferiores, e incluso en la época en que compartían la faz amateur. Todo comenzó a complicarse previo al inicio del encuentro, lo cual sucedería a las 17.00 horas. Parciales del verde-amarillo del Cerrito, cuando se encontraron con sus homónimos de Platense, estuvieron "tirándole unos tiros", como informaron varias emisoras radiales, aunque milagrosamente no hubo heridos. Pero el comienzo del partido y el ingreso de los simpatizantes al Paladino hizo pensar a los efectivos encargados de la seguridad que la "calentura" se había diluido y que no se registrarían mayores incidentes. No obstante, al término del juego, el cual finalizó con la victoria de Cerrito por 2 a 0, los parciales del equipo amarillo no quedaron conformes y fueron por más, y nuevamente balearon a la gente de Platense a escasos metros del Paladino, en la zona de los accesos a la ciudad de Montevideo. La diferencia fue que esta vez sí los proyectiles impactaron en dos hinchas del equipo perdedor. Ismael Da Silva Martínez, de 26 años, resultó con dos heridas de bala en hipocondrio, con orificio de entrada y no de salida.
Este fue derivado al dispensario del Cerro y de allí al Hospital Maciel, donde fue operado y se encuentra en estado delicado, debatiéndose al cierre de esta edición entre la vida y la muerte.
El otro joven, Jorge Suárez, de 25 años, recibió un disparo en la zona hipogástrica, y también pasó por el dispensario y el Maciel, pero fue trasladado a un nosocomio privado. Luego de sucedido este hecho, otros hinchas de Platense, al ser avisados por los presentes, no tuvieron mejor idea que "tomarse revancha" y fueron a "ajustar cuentas" a la sede de Cerrito. Armados, al igual que sus rivales, tirotearon a la sede del club verde-amarilla, e incluso dispararon contra un menor que circulaba por la zona --en la intersección de Joaquín Artigas y Bruno Méndez--, quien iba vistiendo inocentemente los colores del equipo de sus amores. El joven herido fue trasladado inmediatamente a dependencias del Hospital Filtro donde recibió los primeros auxilios y luego fue derivado al sanatorio de una mutualista. La División Homicidios de la Dirección de Investigaciones de Jefatura de Policía de Montevideo investiga el tema. Los testigos que presenciaron todos los hechos serán conducidos en las próximas horas ante la Justicia competente.
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