jueves, 29 de noviembre de 2007

la curva sur de la roma quedara desierta el próximo partido

Los fanáticos de la Roma se declararon en huelga y no concurrirán al estadio Olímpico ante Udinese en repudio por el asesinato del hincha de Lazio Gabriele Sandri a manos de la policía. La huelga fue decidida en una asamblea de asociaciones y peñas de simpatizantes de Roma, que aseguraron que "se está olvidando la muerte de Sandri y su tragedia está siendo sepultada por un sistema desviado que se protege a sí mismo y a sus propios intereses". Los impulsores de la medida invitaron a sus pares a dejar vacío el estadio Olímpico y a nuclearse en el Circo Máximo, en el centro de la ciudad, una hora antes del horario de inicio del partido. También recomendaron comportarse con absoluta corrección, en la que es una protesta organizada por una de las hinchadas que más duramente está enfrentada con las fuerzas policiales. Sandri murió de un balazo que disparó un agente cuando viajaba en automóvil con un grupo de amigos a Milán, para asistir al partido que Lazio jugaba con Inter el 11 de noviembre. "Lamento mucho esta decisión. Están en su derecho, pero la Roma necesita del aliento de sus fanáticos", comentó la vicepresidenta del club, Rossella Sensi, al respecto. "Creo que es legítimo expresarse siempre que se respeten las normas vigentes. El fútbol no puede renunciar a los hinchas, pero debemos crear las condiciones para alejar a los violentos de las canchas", comentó el presidente de la Federación Italiana de Fútbol, Giancarlo Abete. El dirigente dijo que el objetivo de la entidad que preside es "ver a cada hinchada en su lugar en todos los partidos, pero las decisiones adoptadas por las autoridades nacionales son las indicadas para que la situación se normalice". La referencia apunta a la prohibición para que algunas parcialidades visitantes alienten a sus equipos, como sucederá en el partido que Milan jugará con Juventus en el estadio Giuseppe Meazza, donde sólo se permitirá el acceso de los abonados locales y de los residentes en esa ciudad. Uno de los duelos que más tensión genera es la reedición del clásico siciliano entre Catania y Palermo, que se volverá a jugar diez meses después de la violencia que causó la muerte del policía Filippo Raciti y con público de ambos equipos.

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