martes, 4 de diciembre de 2007

Las peñas aplauden la retirada de la red y se comprometen a tener un buen comportamiento

El fondo de Polideportivo estrenó imagen el domingo con el retorno de las peñas a un graderío sin red detrás de la portería, con asientos nuevos, el foso de la discordia protegido por una rejilla metálica y un barandado a prueba de avalanchas. «Así parece otro campo. Se ve el fútbol de otra manera», sostienen seguidores abonados al graderío que caldea el ambiente de Mendizorroza cada tarde de partido.El Alavés se ha visto obligado a reformar la tribuna baja para preservar la seguridad de los espectadores, una remodelación urgida desde el Gobierno vasco que se extenderá, con tiempo por delante hasta el siguiente encuentro en casa, a las gradas de Preferencia y Cervantes. Las peñas celebran la reforma y, en particular, aplauden la eliminación de la red y los seis mástiles que la sostenían, una telaraña interpuesta entre el campo y el graderío para evitar el lanzamiento de objetos al terreno de juego. También se quitará la del otro fondo.«La red restaba visión», recuerda Iker Vitores, portavoz de Alavés Gare. «Ahora, la sensación es de mayor cercanía de la afición al campo». «Se está más a gusto», añade otra voz autorizada del colectivo de peñistas, Igor Pérez de Pipaón. Ambos, al igual que el presidente, 'Nene', que también lo es de Eztanda Norte, el grupo más numeroso, agradecen el cambio. «Ha sido una idea acertada, una buena elección».El gesto corresponde al Alavés, que ahora espera de sus aficionados más jóvenes y animosos una respuesta cívica. Desde la directiva ya se les ha pedido compostura y se les ha advertido, al mismo tiempo, de que hará responsable de sus actos a quien provoque incidentes en el fondo de Polideportivo. El cubrimiento del foso y la supresión de la red conllevan un riesgo. Las peñas se comprometen a tener un buen comportamiento y a velar por el buen orden. Por ejemplo, Eztanda Norte ya ha transmitido a sus miembros que se abstengan «de lanzar objetos, llevarse balones y saltar al campo». En la misma línea se manifiesta el resto de grupos. «Está en juego nuestra credibilidad», entiende Vitores. Cualquier percance perjudicará al Alavés, pues se enfrentará a multas o sanciones de la Federación y la Comisión Nacional contra la Violencia, pero también «va en contra de nosotros, de los aficionados». De alguna manera, «a partir de ahora todos somos un poco responsables», argumenta Pérez de Pipaón. «Yo respondo por mi peña, pero todos debemos velar por que no pase nada, y el que lo haga, que lo pague», concluyen.

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