Una marea blanquiazul inunda Zamora

Alrededor de un millar de aficionados de la Ponferradina se desplazaron a la capital zamorana para animar a los suyos en el derbi desde el fondo sur del Ruta de la Plata

De blanquiazul se tiñó en la tarde de ayer la capital zamorana. Desde media mañana, los aficionados de la SD Ponferradina pusieron la nota de color a las céntricas calles zamoranas. Ataviados con bufandas y camisetas blanquiazules, y provistos de banderas de El Bierzo, se convirtieron en protagonistas de la mañana. Desde la Catedral hasta La Marina, pasando por la Plaza Mayor, Santa Clara y la zona de Los Lobos, el casi millar de bercianos que se desplazaron a Zamora para presenciar el derbi regional que se disputaba a las 17.00 horas en el Ruta de la Plata, no dudaron en confraternizar con la afición rival.Mientras que algunos optaban por comer de pinchos o en algún restaurante típico, otros optaban por comerse el bocadillo que traían de casa en los bancos de la Plaza Mayor. La afición blanquiazul viajó organizada en tres autobuses y un microbus, y a estos se sumaron otros hinchas que prefirieron desplazarse en coches particulares, aunque la gran mayoría coincidieron en llegar antes de comer para aprovechar el día.Ya en el Ruta de la Plata, desde una hora antes del comienzo del choque, los aficionados visitantes fueron llenando las gradas del fondo sur que ayer recibió la mayor entrada de la temporada. Impresionante, la imagen del cerca de millar de aficionados visitantes que no dudaron en hacer del Ruta de la Plata su particular Toralín. Por momentos, el Zamora CF parecía el equipo visitante y es que los hinchas blanquiazules se sintieron como en casa y animaros a los suyos de principio a fin.Los jugadores de la Ponferradina fueron los primeros en saltar al césped a calentar y el fondo sur les recibió con una cerrada ovación. Los de David Amaral respondieron al apoyo mostrado por los suyos desde las gradas y les aplaudieron agradeciendo su presencia en Zamora. Los pitos llegaron para el conjunto rojiblanco cuando éste salió a calentar apenas unos minutos después, y es que los de Ponferrada estaban prácticamente solos en el estadio hasta apenas unos minutos antes del inicio del partido. '¿Ale Deportiva ale ale!' se oía desde las gradas del fondo sur desde antes que comenzara el partido. Colocaron sus pancartas sobre las vallas y animaron con bombos, pero pronto respondió la afición local, que herida en el orgullo de oír animar al rival en su propio campo, comenzó a apoyar al conjunto de Tomé a ritmo de palmas y de gritos de '¿Zamora, Zamora!'. Durante el minuto de silencio, el millar de bercianos se puso en pie para homenajear al guardia civil fallecido, Raúl Centeno, al igual que lo hizo todo el Ruta de la Plata. Pero los bercianos tuvieron el gesto de extender sus bufandas al cielo zamorano para que los colores blanquiazules y el nombre de la Ponferradina destacaran en el estadio zamorano. El partido comenzó con cánticos a favor de los visitantes, pero muy pronto, cuando apenas se había cumplido el minuto tres de juego, empezaron a sonar los ánimos y apoyos hacia el Zamora CF. En el fondo norte, tres bombos y varias pancartas -'Resaka', 'Vacceos' y 'Kasa Seka'- apoyaban a los zamoranos. La afición rojiblanca se vino arriba con el tempranero gol local, y a partir de ahí los apoyos locales dominaron en las gradas ante los visitantes.Con el tanto de la Ponferradina cambiaron las tornas y los blanquiazules volvieron a dominar con sus aplausos en las gradas, pero la afición zamorana no podía permitir que en su propio campo los apoyos fueran para el conjunto visitante. Al comienzo de la segunda parte las dos aficiones se fueron apagando poco a poco al ritmo del partido y no fue hasta el minuto 70, después de bastantes minutos sin oír apenas nada en las gradas, cuando volvieron los ánimos y los cánticos para los dos conjuntos que disputaban un intenso derbi regional en el césped del Ruta de la Plata.Sin embargo, pese a la intensidad del choque, lo importante de la cita y que el partido estaba abierto con empate a un gol para que cualquiera de los dos equipos sentenciar el choque y se llevara la victoria, como cada domingo, fueron muchos los espectadores que decidieron abandonar el estadio a falta de diez minutos para el pitido final.