La afición también sube al tren de la Copa

400 aficionados viajan a la capital para seguir en directo el partido. Una parte lo hace en el Alaris especial fletado por el club, donde reina la euforia en el viaje de vuelta tras la clasificación

La estación del Norte de Valencia y los aledaños de Mestalla se convirtieron ayer en reductos valencianistas. En el recinto ferroviario se concentraron los 160 seguidores blanquinegros que se desplazaron a Madrid en el Alaris, rebautizado como el tren de la Copa, para apoyar al equipo en Madrid. Todavía sobre suelo valenciano comenzaron los primeros cánticos y gritos de ánimo hacia el equipo, ansiosos de llegar a la capital y al Vicente Calderón. Unos cánticos que se reprodujeron al final del duelo después de que el Valencia se clasificara para las semifinales.Tres vagones. Eran las 14.20 horas cuando el Alaris inició su viaje hacia Madrid. No era todo el tren para los aficionados valencianistas, sino tres vagones completos que, de manera suplementaria, se añadieron al convoy habitual que realiza el trayecto. El ambiente fue muy bueno, aunque se guardaron algunas fuerzas para cuando comenzara el partido.Espectacular llegada. Poco después, a las 17.45 horas, se produjo la llegada a Madrid. Cuantas personas se encontraban en la estación de Atocha quedaron atónitas al ver a los 160 aficionados valencianistas descender del tren ataviados con camisetas, bufandas, banderas y demás señas de identidad de su equipo. El ambiente subió de tono cuando los seguidores comenzaron a cantar y a animar a su equipo. Por momentos, todo se asemejó a los prolegómenos de una final, como las últimas vividas por una afición valenciana ansiosa de volver a repetir cuanto antes. El Valencia sigue en el camino de alcanzar una final de Copa después de que la última fuera en 1999.En total, 400. Si a los desplazados en tren se suman los que subieron a los cuatro autobuses que partieron de Mestalla, al final fueron unos 400 los valencianistas que se citaron en Madrid para animar al equipo. Todo un ejemplo por parte de la sufrida hinchada blanquinegra, que en plena crisis no abandona al equipo.