viernes, 22 de febrero de 2008

¡A pedradas!

Cuatro aficionados y un policía lesionados, al menos 15 detenidos y ocho camiones apedreados fue el saldo del enfrentamiento entre León y Querétaro, afuera de la cancha.
En el campo, Querétaro se salió con la suya. El empate fue de 1-1 con sabor amargo para los de casa.
Los hinchas queretanos fueron recibidos y despedidos a golpes por pseudoaficionados del León.
Desde antes de empezar el encuentro, en tres zonas aledañas al Estadio León los autobuses de los aficionados visitantes fueron apedreados.
“Nos agarraron a pedradas a la mala, ya estábamos por llegar al estadio cuando nos dieron con todo, ‘roquearon’ todo el camión, lo que hicimos fue bajarnos pero allí nos fue peor, a tres nos descalabraron”, dijo “El Marquillos”, integrante de la barra “La Resistencia” de Querétaro, con la cabeza vendada.
Un aficionado de León también fue herido en la cabeza.
Una de las riñas ocurridas antes del partido fue en Malecón y López Mateos, otra en Avenida del Niño y Olimpo y una más afuera de la Coca Cola, frente al estadio.
Paramédicos de la Cruz Roja atendieron a tres aficionados de Querétaro descalabrados y a uno de León.
Los camiones llegaron escoltados al estadio, pero ya apedreados.
El partido inició con la mayoría de los queretanos a bordo de sus camiones estacionados sobre la calle Olimpo.
Poco a poco comenzaron a llegar policías y agentes a caballo, para llevarlos escoltados hasta las taquillas y luego a la tribuna.
El director de la Policía, Carlos Tornero Salinas, indicó a los aficionados que siguieran las indicaciones de los agentes.
“Señores, necesitamos que sigan las instrucciones, que salgan de dos en dos a las taquillas y luego ingresen al estadio”, dijo el jefe policiaco.
Luego, con groserías, un comandante les dio a entender que con el primero que empezara a hacer desmanes, todos iban para afuera.
Poco a poco, los aficionados fueron llegando formados a las taquillas de la Puerta 10 para luego entrar al inmueble.
“Sueñen, sueñen leones, que a Primera, jamás van a volver”, cantaban las barras ‘La Resistencia’ y ‘Los Condenados’ de Querétaro afuera del estadio, mientras en el campo, se acababa el primer tiempo con empate a cero.
Hasta el segundo tiempo lograron entrar todos los queretanos.
Muchos aficionados visitantes pedían 5 ó 10 pesos prestados al que pasara, para comprar su boleto de 75 pesos.
Durante el partido, más de 100 elementos de las Policía Preventiva y Fuerzas de Seguridad Pública, resguardaron exclusivamente a la porra de Querétaro, conformada por unas 500 personas, en la tribuna de la Puerta 10.
Leoneses y queretanos en la tribuna se decían hasta de lo que se iban a morir, mientras una valla de policía los separaba.
En la cancha, León metía el gol que encendía a las tribunas.
Un aficionado de Querétaro reaccionó más rápido que los jugadores de negro y azul y aventó un vaso con cerveza a un grupo de aficionados de León que le hacían burla al unísono: “¡Lástima Margarito!”.
Entonces, la Policía detuvo al agresor, conformó una doble valla y replegó a los queretanos hasta la orilla de la tribuna, pegado a Zona A.
Un apagón cortó cierto dominio del León en el campo y 20 minutos después, Querétaro festejó el empate.
Al final del partido, se registró otra trifulca afuera del estadio, cuando salieron los aficionados de Querétaro. La Policía Montada llegó rápido al lugar, donde un aficionado de León se colgó y tumbó a un policía de su caballo. “¡Ay me caigo!”, dijo el uniformado.
El aficionado leonés fue rápidamente detenido, en tanto que aficionados se daban con todo en el estacionamiento.
Al lugar llegaron a prisa policías con perros amaestrados a contener el zafarrancho.
La mayoría de los queretanos esperaron una hora para salir del estadio. Fueron escoltados por más de 10 patrullas hasta la carretera León-Silao.
En Centro Max, la Policía detuvieron a cinco aficionados que apedreaban los camiones, con el último ‘no me olvides’.

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