El operativo de seguridad previo a cada partido de Liga se encontró el domingo con una desagradable sorpresa, aunque parece que esperada. En un registro previo en el autocar de la peña Indar Gorri -los ultras del Atlético Osasuna- la Policía Nacional requisó, según un listado connvenientemente detallado, «ocho bates de béisbol, llaves de pugilato, diversas cadenas, seis bengalas de gran capacidad, un spray lacrimógeno, varias piezas de hierro macizo y tornillería pesada, varias pegatinas con motivos en contra de la actuación de la Policía, pancartas a favor del reagrupamiento de presos etarras, varias pegatinas con la inscripción 'balak' y varias pegatinas a favor del reagrupamiento de presos etarras».Un material que, sin duda, resulta innecesario para presenciar un partido de fútbol de Primera División, y que se incautó fuera del estadio, en una intervención preventiva que tuvo lugar horas antes del encuentro. Por ese motivo, el informe del coordinador de seguridad tras el encuentro omitía estos hechos.La Policía Nacional, además, procedió a identificar a los cincuenta miembros de Indar Gorri que viajaban en el autocar. Durante el partido, eso sí, se expulsó del estadio a un aficionado del conjunto rojillo, también miembro de esta peña radical, ubicado en la zona de la Tribuna B donde habitualmente se sientan todos los hinchas de los equipos rivales. «Otro miembro de la mencionada peña fue expulsado y propuesto para sanción por su provocación a la afición del equipo local durante el minuto de silencio que se guardó momentos antes del inicio del partido», recoge el mismo informe.
Resulta curioso a este respecto la coincidencia del informe policial con el acta del colegiado, Mejuto González. El árbitro asturiano, en el apartado de incidencias del público, explica que «un sector del público integrado por seguidores del Osasuna no respetó el minuto de silencio previo al comienzo del encuentro».El minuto de silencio era en homenaje a un directivo de la Federación Española de Fútbol recientemente fallecido, y se realizó entre gritos independistas de los ultras navarros.
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