lunes, 14 de abril de 2008

La popular vacía y la barra en la platea

Un poco más de 16 mil personas mostraron un Monumental "triste, vacío, sin fiesta". Gracias a la sangrienta pelea de barras en La Batalla de Liniers del 30 de marzo, ayer River jugó otro partido: el partido del miedo. En la tribuna popular local Enrique Omar Sívori hubo 11 "jugadores" (7 miembros de la seguridad privada del club y 4 policías de la Federal). Barrabravas de la primera y de la segunda línea de las dos facciones (Los del Oeste y La Banda de Gonzalo) no hubo.
Sólo algunos barritas que se ubicaron en la Almirante Brown baja y en la San Martín alta. Y que cantaron: ¡Borombombón/borombombón/el que no salta es un botón! y ¡Hay que saltar/hay que saltar/para que vuelva/la popular!.Apenas cuatro detenidos: "Un hincha de Tigre fue detenido y puesto a disposición de la fiscalía contravencional de Saavedra por habérsele detectado un cortaplumas en un precacheo a unas cuadras del estadio. Otros dos hinchas de River fueron apresados por golpear a otros en Blanco Encalada y Avenida del Libertador. Y un cuarto por infracción a la Ley de Drogas", informó el comisario Roberto Palavecino. También hubo un par de encontronazos en el ferrocarril Mitre; en uno le robaron camisetas y banderas a hinchas de River y en otro, cuando volvía para Victoria, intercambiaron piedrazos (arrojados por los de River) por tubos de luz del tren (tirados por los de Tigre).
Ochocientos policías controlaron hasta con 45 detectores de metales del club y pidiéndole el documento a todo el mundo."Perderemos un millón y medio de pesos en los dos partidos (falta el de Argentinos) por culpa de 30 inadaptados. No sabemos si con esto sanción se soluciona algo. Para nosotros es un problema que no venga la familia", coincidieron el tesorero Héctor Grinberg y el vice 2º Domingo Díaz. El anillo interno parecía un desierto. La confitería vendió "un 40 por ciento menos y eso que River va primero", reveló el cajero Adrián Livio. "No vendimos nada. Poné un 500 % (sic) menos", coincidieron la media docena de empleados de Rivermanía. "Fue un día a pérdida. Los socios no compran nada", se quejó Reina, de un puesto ambulante.Algo quedó claro: nadie extrañó a Los Borrachos del Tablón. "A la popular no voy más porque tengo miedo. Y menos con los chicos", afirmó Claudio. "Si no es a palco o platea, no los traería ni en p...", afirmó Pablo Coscia, con sus dos hijos. "Ojalá no vuelvan. Pero no sólo a River, a ningún estadio", pidió José. Voces de socios que no quieren ver más partidos con miedo...

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