Fue un ataque perfectamente planificado para sostener el poder en la tribuna. Hacía cuatro partidos que en River no había incidentes. Sin embargo, en éste —porque se jugó en el Almafitani— el choque entre Los del Oeste y La Banda de Gonzalo era un hecho. Porque se sabía que los primeros iban a ir para hacer pie y desplazar a los seguidores de los actuales líderes. Sin embargo, ni Joe, ni Martín ni Caverna se dejaron ver porque sobre ellos pesa el derecho de admisión. Igual hubo una estrategia de guerra que se cumplió al pie de la letra: mandaron a un grupo de choque de la segunda línea a hacer el trabajo sucio a punta de cuchillos, facas, cadenas, manoplas y demás elementos contundentes. Para pegarle hasta el cansancio a Cadena, uno de los tres jefes del Oeste, en un rincón. O, también, a otro reconocido barra de ese grupo, el que apareció en casi todos los medios con la remera negra ensangrentada y la cara desfigurada. Aún corriendo el riesgo de ser identificados, se mandaron porque saben que —ahora— en el escalafón de la barra ganaron espacio y escalaron posiciones. Increíble, pero real... En medio de tanto espanto y horror, Juan José Paz, un chapista de Merlo, de 38 años, se debate entre la vida y la muerte. Su mamá Elena Herrera y su hija Marianela Paz le confirmaron ayer a Clarín que "tiene diabetes pero no es epiléptico" y que "estaba dentro de la cancha" cuando le pegaron. "Es un hincha fanático que hacía rato había dejado de ir a la cancha. No pertenece a ningún sector de la barra y es mentira que sea uno de los cabecillas, como algunos dijeron". Paz continúa en terapia intensiva, en el segundo piso del hospital Fernández, en coma farmacológico y con respirador artificial.
"Está grave y delicado, aunque los médicos nos dijeron que hay un 75 por ciento de posibilidades de que pueda sobrevivir. El golpe que le pegaron no fue en la nuca sino en la parte de arriba de la cabeza. Además, tiene un traumatismo en el hombro derecho y una muñeca fracturada", contó Marianela, entre tanta angustia. El parte médico que le informaron anoche a los familiares de Paz indica que continúa con "un severo traumatismo encefalocraneano". Los otros dos heridos que estaban internados en el hospital Vélez Sársfield (uno con politraumatismos y heridas cortantes en la cara —según la Policía sería el de remera negra— y otro con fractura en un brazo) fueron dados de alta, aunque continúan "imputados por lesiones graves". Anoche, en la Subsef confirmaron que, de los 38 detenidos, "cinco fueron derivados al juzgado de instrucción 45 de la doctora María Dolores Fontbona de Pombo.
Y otros 20 permanecen en la comisaría 44 y deben prestar declaración ante la jueza correccional 13 Patricia Susana Guichandot". Los delitos que se les imputan son "lesiones graves, atentado y resistencia a la autoridad, daños y todos los vinculados con la Ley De la Rúa que reprime la violencia en los espectáculos deportivos".Por las dudas, el juez Luis Rodríguez —que maneja los otros casos que involucran a Los Borrachos del Tablón, incluida la muerte de Gonzalo Acro— le pidió a Conductas Delictivas de la Policía Federal que le envíe el parte sumarial por si la causa finalmente recae en su juzgado.
El subsecretario de Seguridad en los Espectáculos Futbolísticos, Javier Castrilli, defendió a la Policía ("mandar a un grupo de combate a enfrentar a los barrabravas hubiera sido una tragedia"), dijo que tiene "bajo la lupa" a los dirigentes de clubes que le otorgan ingresos y entradas "para llevarlos a la Justicia", investigará cómo entraron las armas blancas ("si estaban en algún lugar del estadio o se violó el sistema de cacheo") y aseguró que algunos fueron impedidos de ingresar a la cancha por la aplicación del derecho de admisión. Entre ellos, Martín Stambuli, alias El Turco, uno de los líderes de La Banda del Oeste. A todo esto, hasta anoche, la AFA no había dicho palabra alguna.Pero, el abogado Juan Manuel Lugones, quien representa a la familia Roussoulis, cuyo hijo Cristian fue asesinado por la barrabrava de River en 1996, y, además, colabora con las ONG Salvemos al Fútbol y FAVIFA (Familiares de Víctimas del Fútbol Argentino), presentó en la Justicia una denuncia contra el titular de la Subsef y contra el comisario Marcelo Jorge Rabalo, jefe de la 44 a cargo del operativo policial, por el presunto delito de "incumplimiento de los deberes de funcionario público".
La misma se radicó en el juzgado correccional 11 a cargo del juez Luis Schlegel porque Lugones entiende que el enfrentamiento se llevó a cabo en el escenario de una virtual "zona liberada". Lugones sostuvo: "Tienen a los barras identificados, sus fotos, sus domicilios y saben quiénes los sostienen. Sin embargo, pareciera que se ha establecido como política dejar que se maten entre ellos y no intervenir".
Schlegel fue el primer juez que actuó cuando se produjo la salvaje agresión de barras de Boca a hinchas de Chacarita, en la Bombonera, en 1999, que hoy tiene a los hermanos Di Zeo en el penal de Ezeiza. Salvando las calificaciones (uno fue en un amistoso; otro en un partido oficial) los hechos tienen muchas similitudes.
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