lunes, 9 de junio de 2008

1.000 kilómetros de ilusión

El ánimo de los seguidores rojillos no tiene límites. 250 mirandeses obviaron los 1000 kilómetros que les separaban de La Línea y no dudaron en emprender el largo viaje. Unos lo hicieron en autobús, otros en monovolúmenes y vehículos particulares, y los demás en tren. El caso es que el mirandesismo inundó ayer la ciudad gaditana; no fueron tantos como se había previsto en un principio, pero se hicieron notar.
El grueso de la expedición llegó a eso de las 10.00 horas. Arribaron los dos autobuses de Komando Kemando, ocupados por sus integrantes y miembros de otras peñas que se se habían sumado a un viaje interminable de más de 13 horas. Al margen de los inconvenientes de un desplazamiento largo y que el autobús litera está pensado sólo para aquellos que tienen el sueño fácil, la organización, fue perfecta. Así lo destacó José Javier Clemente, portavoz del club, y uno de los viajeros. «Estamos encantados con el Komando, se han portado muy bien con nosotros».
Los 70 aficionados habían salido a las ocho de la tarde del sábado. Cinco minutos después, llegó la anécdota de la jornada. La altura de los autobuses excedía la del puente de la calle Bilbao, así que marcha atrás y salida definitiva de Miranda.La primera parada tuvo lugar en Aranda. «¿Qué, sois del Mirandés?. Conozco a Rodri y Pablo, a ver si tenéis suerte». Era el deseo que mostró a la hinchada rojilla uno de los clientes del establecimiento. En buena lógica, y demostrando la sintonía entre mirandeses y arandinos, fue devuelto para que los ribereños la tengan ante el potente Sant Andreu.
Tras degustar, dos horas después la cena preparada por los organizadores, llegó el momento menos satisfactorio de la noche. Fueron pocos los que pudieron dormir en las literas, pero no importaba, la diana tocó pronto y desde primera hora, ya se afinaban las gargantas con el himno de la ciudad y las canciones tradicionales que entona la grada de Anduva.
Sin calificativos
Clemente, en ese momento, destacaba que «hace mucho que se han acabado los calificativos sobre la fenomenal marea roja». El club, en este caso su portavoz, quiso estar cerca de la afición, «por si necesitan algo». La directiva mirandesista, tal y como señalaba Clemente, tras tomar un reconstituyente café en la provincia de Málaga, «ha hecho todo lo posible por facilitar el viaje a todos los seguidores. Los jugadores saben que no van a estar solos, y van a hacer todo lo posible para que el regreso a Miranda sea más llevadero».
Los cánticos a favor de los rojillos arreciaban cuando los autobuses entraban en La Línea. A través de los megáfonos, el himno de Miranda sonó en las calles de la ciudad andaluza.
Mientras, Blanca González, manifestaba estar convencida de que el Mirandés iba a ganar 0-2. «Tenemos jugadores muy buenos, como Trivi, Joseba, Iván Agustín, Pablo....» Esta mirandesa hizo hincapié en la «estupenda labor del Komando». Y es que Blanca tiene ya experiencia en estos viajes, no en vano, sabe lo que es arropar al Mirandés en las gradas de Badajoz o Villarreal.
«Ahora lo que voy a hacer es pegarme una buena ducha y dormir un poco». Era lo que decía Andrés Hervías, el pregonero de las últimas fiestas de San Juan, que, haciendo gala de su fama, no se quiso perderse este acontecimiento. «Soy muy aficionado del Mirandés y quiero aportar así mi granito de arena para poder lograr el ascenso».
No pasó por alto la «dureza del viaje», un hecho que rápidamente quedó en el olvido porque lo principal es «exportar el nombre de la ciudad, así se demuestra la buena gente que hay en Miranda». Este hincha apostaba también por un resultado favorable para los de Anduva, por un 0-1 o un 1-2 en el encuentro «por el tipo de defensa que hacen». Convencido, de verdad, aseguraba también que un gol lo iba a marcar Joseba.
Otro que afinaba su voz era Rubén Izquierdo, del Huracán. «El viaje ha sido pesado», indicaba instantes antes de recordar que se había desplazado a Mallorca y Villarreal, «aunque el mejor es a Aranda, así que ojalá suba también la Arandina». Los hermanos Urbina, Ángel y Carlos, mientras en el autobús cobraba más auge aquello de «al año que viene Mirandés- Alavés» insistían en que «a la tercera va a ser la definitiva».
Y con ese convencimiento, con la misma emoción, aunque algo más cansados, iniciaron el largo viaje de vuelta. El 1-1 final deja muy cerca la Segunda B y esta 'marea' hará hervir Anduva.

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