viernes, 7 de noviembre de 2008

"Todo este asunto es un secuestro inaceptable"

La Fiscalía ha solicitado ocho años de prisión para Santos Mirasierra, el ultra del Marsella detenido acusado de agredir a un Policía durante el Atlético de Madrid-Marsella del pasado 1 de octubre. La Fiscalía ha pedido cuatro años de cárcel por un delito de desórdenes públicos y otros cuatro por un delito de atentado en concurso con un delito de lesiones. El Ministerio Público solicitará también para el acusado que se le prohíba la entrada en los estadios de fútbol durante tres años y la privación del derecho de sufragio durante la pena y exigirá además que se le imponga una multa de 1.200 euros, según informó ayer la Agencia EFE.
Presiones.
Nada más conocerse la noticia las reacciones no se hicieron esperar en Marsella. Eric Gerets, técnico del Olympique, volvió a mostrar su apoyo al preso asegurando que "no hay un día en que su nombre no sea pronunciado en el vestuario o en el gimnasio". Además, el entrenador belga intentó suavizar en lo posible la visita que debe rendir el Atlético a su estadio el 9 de diciembre haciendo un llamamiento a su afición: "Debemos instar a nuestros seguidores para que aplaudan a los aficionados madrileños. Debemos ser más inteligentes que ellos y así les haremos volver a casa con la derrota".
Por su parte, Lorik Cana, capitán del equipo francés, se mostró muy sorprendido por la petición de la Fiscalía e insistió en que "uno de los nuestros está retenido contra su voluntad. Él no tuvo culpa de nada. La familia de Santos sabe que el club y los jugadores están con ellos. Es una decisión incongruente, inexplicable y que está fuera de lugar. Nuestros aficionados tuvieron que defenderse y puede ser que Santos se defendiera un poco más que los otros. Pero yo lo habría hecho si me hubiera sentido amenazado".
No cesarán las manifestaciones
La página web del grupo Ultras 84 anunciaba ayer que no cesarán las movilizaciones hasta que Santos sea liberado. El lunes tuvo lugar una manifestación en Marsella en la que se pedía la libertad del ultra detenido. Además los jugadores del OM saltan habitualmente a calentar antes de los partidos con una camiseta en la que se lee un mensaje de apoyo al preso.

Después de que la Fiscalía haya pedido ocho años para Santos, ¿qué siente ante ello?
Mis primeras sensaciones son de desolación y de tristeza. Estoy sorprendido de que haya tanta terquedad en este tipo de decisiones. Además, hay que recordar que los primeros culpables son los policías españoles que cargaron contra nuestros aficionados de manera salvaje. Y para escudarse han encontrado en Santos el chivo expiatorio ideal. Con todo esto, entramos en la etapa más surrealista e inaceptable de esta farsa. Contemplar que Santos pueda ser condenado con ocho años de prisión sobrepasa los límites del entendimiento. En España, además de los deportistas que defendieron a la Policía, el mundo de la política, personalizado en el presidente del Gobierno y el ministro del Interior, tampoco dudó en solidarizarse con el Atlético. Debo decir que nosotros no tenemos ese apoyo.
En lo concerniente a Santos, el Olympique sigue realizando iniciativas por el aficionado...
No hay un día en que no sigamos la evolución del caso. Julien Fournier, secretario general del club, pasa la mayor parte de su tiempo colgado al teléfono con personalidades francesas, hinchas y autoridades diplomáticas francesas en Madrid. Hacemos lo que podemos. Pero, no somos un Estado. No tenemos la suficiente fuerza como para oponernos a la Justicia española. El club está movilizado y no parará mientras Santos esté secuestrado. Porque hay que llamar a esto por su verdadero nombre: es un secuestro inaceptable.
¿Qué opina de clima que se ha creado en torno a Platini?
España hizo de esto un asunto nacional. Nosotros sólo somos Marsella. Creo que es hora de que el Estado francés tome conciencia del caso. Las críticas sobre Platini por este asunto me parecen absurdas. No se puede consentir que acusen a Platini de cómplice. Además, esto ocurrió en Madrid, una ciudad candidata a los Juegos Olímpicos. No creo que los verdaderos deportistas acepten de buena gana ir a una ciudad en la que los aficionados son atacados y saqueados.

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