Los incidentes del Dépor-Sporting se saldaron con cinco detenidos

La Policía Nacional y la Local realizaron un total de cinco detenciones antes, durante y después del partido que enfrentó al Deportivo con el Sporting el pasado domingo.
El suceso más grave se produjo poco antes de la seis de la tarde en la avenida de Calvo Sotelo, en el exterior y en el interior de una cafetería situada frente a la Compañía de María. Hubo una pelea entre seguidores de uno y otro equipo, en la que volaron botellines de cervezas, piedras y hasta trozos de acera, y en la que se emplearon palos. Puso fin a la disputa, en la que se registraron varios heridos, la intervención de los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) del 091.
Los numerosos cristales desperdigados por la calzada y las aceras de la avenida de Calvo Sotelo, así como las manchas de sangre esparcidas por la cafetería, dieron prueba de la brutalidad de la pelea.
Este incidente grave se saldó con dos detenidos, ambos asturianos. Uno de ellos causó destrozos en la cafetería en la que se produjo la disputa, mientras que el otro arrojó una mesa de ese local contra un policía, al que le rompió el escudo con el que se intentaba proteger. Ambos hinchas pasaron a disposición judicial.
Un portavoz del 091 que participó en el dispositivo de seguridad del partido precisó que el origen de la pelea fue «una provocación de los seguidores del Sporting» y que los hinchas radicales del Dépor que participaron en ella «no están adscritos a ningún grupo concreto».
Durante el encuentro, la policía nacional efectuó otra detención. En este caso, se trató de un seguidor deportivista «que se encontraba en estado de ebrio y estaba causando problemas e insultando a otros espectadores». Siempre según el 091, este individuo se resistió a la detención e incluso llegó a golpear a un policía que quiso reducirlo.
Por último, la visita de los radicales gijoneses también dejó su huella en las paredes del palacio municipal, donde aparecieron varias pintadas. La policía nacional quiso destacar que la mayoría de los asturianos (llegaron unos 8.000) tuvieron un comportamiento ejemplar.