Un grupo de aficionados rojillos lanzó objetos, desde un bar cercano al estadio, a varios seguidores espanyolistas Un aficionado del Espanyol de 29 años de edad resultó ayer herido a consecuencia de unos incidentes que se produjeron poco antes de comenzar el encuentro entre Osasuna y el Espanyol en el Reyno de Navarra. Recibió el alta ayer mismo y pudo regresar a Barcelona.
Según fuentes policiales, un grupo de aficionados del club espanyolista se dirigía a pie al campo cuando desde un bar cercano al estadio un grupo de aficionados rojillos comenzó a lanzarles objetos.
Al parecer, una botella impactó en la cabeza de uno de ellos, que tuvo que ser trasladado a Urgencias del Hospital de Navarra. Allí se le atendió de la herida y se le realizaron diversas pruebas que descartaron una lesión grave. El aficionado presentaba también molestias en un meñique y algunas contusiones por la caída que sufrió tras recibir el impacto de la botella.
Poco después de finalizar el partido el aficionado, de 29 años, ya había recibido el alta y esperaba en el centro hospitalario la llegada de sus amigos para regresar a Barcelona durante la noche.
Los Brigadas, escoltados
Los seguidores blanquiazules que fueron agredidos no estaban entre el grupo de aficionados que llevaban escolta. La Policía Nacional se encargó de vigilar durante su estancia en Pamplona únicamente a los radicales del grupo Brigadas Blanquiazules que se desplazaron hasta la capital navarra y con los que no hubo incidentes reseñables.
Una vez dentro del campo, hubo cierta tensión entre ambas aficiones y cruce de insultos constante. La policía tuvo que tomar posiciones en el primer tiempo para tranquilizar los ánimos de algunos seguidores del Espanyol, aunque la cosa no llegó a mayores.
Una vez acabado el partido, ya en la salida del campo, también hubo gritos, pero no se registraron incidentes.
Dentro del Reyno de Navarra la policía tramitó tres actas por tenencia de drogas a seguidores del equipo periquito.
Según fuentes policiales, un grupo de aficionados del club espanyolista se dirigía a pie al campo cuando desde un bar cercano al estadio un grupo de aficionados rojillos comenzó a lanzarles objetos.
Al parecer, una botella impactó en la cabeza de uno de ellos, que tuvo que ser trasladado a Urgencias del Hospital de Navarra. Allí se le atendió de la herida y se le realizaron diversas pruebas que descartaron una lesión grave. El aficionado presentaba también molestias en un meñique y algunas contusiones por la caída que sufrió tras recibir el impacto de la botella.
Poco después de finalizar el partido el aficionado, de 29 años, ya había recibido el alta y esperaba en el centro hospitalario la llegada de sus amigos para regresar a Barcelona durante la noche.
Los Brigadas, escoltados
Los seguidores blanquiazules que fueron agredidos no estaban entre el grupo de aficionados que llevaban escolta. La Policía Nacional se encargó de vigilar durante su estancia en Pamplona únicamente a los radicales del grupo Brigadas Blanquiazules que se desplazaron hasta la capital navarra y con los que no hubo incidentes reseñables.
Una vez dentro del campo, hubo cierta tensión entre ambas aficiones y cruce de insultos constante. La policía tuvo que tomar posiciones en el primer tiempo para tranquilizar los ánimos de algunos seguidores del Espanyol, aunque la cosa no llegó a mayores.
Una vez acabado el partido, ya en la salida del campo, también hubo gritos, pero no se registraron incidentes.
Dentro del Reyno de Navarra la policía tramitó tres actas por tenencia de drogas a seguidores del equipo periquito.
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