viernes, 26 de febrero de 2010

El infierno enmudeció

En un segundo enmudeció el Ali Sami Yen. Se hizo un silencio sepulcral, como si se hubiera parado el mundo. Sólo se oyeron las voces de los jugadores del Atlético, de su banquillo y de los periodistas españoles narrando el gol de Forlán. Pocos segundos antes el feudo del Galatasaray sí que era un infierno, de esos de los que habíamos oído hablar a veteranos y gente curtida. El Ali Sami Yen estaba muy encendido cuando Forlán apagó el infierno. Su gol y este partido entran ya en la historia del Atlético.
Animoso. La afición del Galatasaray animó a los suyos desde el principio y no paró de hacerlo en todo el partido. Coreó el nombre de cada uno de sus jugadores cuando anunciaban por megafonía las alineaciones y al saltar ambos equipos al campo mostraron con orgullo un gran tifo en el que aparecía la cabeza de un león en posición desafiante y el mensaje en latín "Hic abundant leones" ("Donde abundan los leones"). Durante el partido, un aficionado permanece siempre de pie y subido en una plataforma para iniciar los cánticos que deben seguir los hinchas, no sólo de ese fondo, sino de todo el estadio. Ayer la expulsión de Caner encendió los ánimos y nada más ver la roja, un sector de la afición turca lanzó objetos al terreno de juego.
Seguridad. En los aledaños del estadio hubo un gran perímetro de seguridad. La zona estaba tomada totalmente por la Policía. El Atlético llegó al Ali Sami Yen fuertemente escoltado y antes de acceder al recinto deportivo había que superar el registro con arcos de seguridad para evitar introducir objetos metálicos peligrosos. Durante la jornada y media que pasó el Atlético en Estambul no hubo que lamentar ningún incidente y los pocos aficionados españoles que fueron a Turquía pasearon tranquilamente por el Gran Bazar y las zonas históricas de la ciudad otomana.
Misma rivalidad. En Turquía viven la rivalidad como en cualquier otro país. De sangre caliente, el fútbol es una de sus pasiones. Por eso, durante el día los aficionados del Fenerbahçe, nos deseaban lo mejor y comentaban la superioridad rojiblanca sobre el Galatasaray. Lo mismo sucedía con los hinchas del Besiktas, incondicionales rojiblancos por un día. Los del Galatasaray, claro está, picaban y enzarzaban con el Madrid. Aunque todos, unos y otros, se deshacían en elogios hacia el Barcelona. En Turquía siguen muy de cerca la Liga española.

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