El presidente de Lazio, Claudio Lotito, denunció que recibió un sobre "con proyectiles de grueso calibre" amenazándolo para que su equipo venciera a Inter, por la 36a. fecha de la Liga local, en un partido que quedó bajo la lupa del Calcio.
Lotito reveló la amenaza a ANSA horas después de que en el Parlamento italiano se anunciaran proyectos de investigación sobre el partido que Inter ganó 2-0, ante un Lazio que ofreció escasa resistencia, desalentado por sus propios fanáticos.
Si Inter perdía, Roma, clásico rival de Lazio, hubiese quedado como nuevo líder, a sólo dos fechas del final del torneo, aunque lo ocurrido en el Olímpico presagia un clima caliente para la final de Copa Italia que Inter y Roma jugarán justamente en el mismo estadio capitalino.
"Deberían sentir vergüenza de ganar un partido así", espetó Rosella Sensi, presidente de Roma, a lo que Massimo Moratti, su par de Inter, replicó que su club "no tiene nada de qué avergonzarse", pero evitó subir la polémica. "Se escribió una de las peores páginas en la historia del calcio", insistió Giampaolo Montali, dirigente de Roma, en tanto Moratti dijo que "el problema aquí es entre Roma y Lazio" y admitió que fue "extraño" ver a los hinchas de Lazio gritando los goles de Inter. Sin identificar a fanáticos de Roma, Lotito contó a su vez que jugadores y dirigentes de su club recibieron "verdaderas amenazas físicas" para que Lazio ganara y que él mismo recibió un sobre con proyectiles de grueso calibre con la inscripción "si no le ganan a Inter están acabados". "Lazio y sus hinchas no aceptamos insultos, evidentes o insinuados. La deportividad y la lealtad de Lazio y sus jugadores no puede ser puesta en duda por nadie", agregó Lotito, en un comunicado que envió a ANSA, pero sin formalizar la denuncia ante la policía. Sin dar nombres, Lotito recordó que tras el clásico que Roma ganó 2-1 a Lazio, el capitán de Roma, Francesco Totti, se burló de los hinchas laziales indicándoles que su equipo se iba a la Serie B, un gesto citado por fanáticos en emisiones radiales.
Tras apuntar a la prensa que agrandó cruces y polémicas, Lotito advirtió a los políticos que "el deporte no quiere invasiones de campo", sino que precisa de "instrumentos jurídicos" para combatir a los fanáticos violentos. Los carteles "Scudetto game over" y "Oh nooo", exhibidos por hinchas de Lazio tras los goles de Inter, en medio de abucheos a los propios jugadores que hacían algún esfuerzo (como el arquero uruguayo Fernando Muslera o el atacante argentino Mauro Zárate) fueron objeto de repudio de la clase política.
Los senadores del opositor Partido Democrático, Raffaele Ranucci y Roberto Della Seta, anunciaron la presentación de una interrogación parlamentaria para exigir que los partidos de final de campeonato vuelvan a jugarse en horario simultáneo, tras calificar de "vergüenza" el cotejo de la fecha 36.
Lazio jugó con Inter ya sabiendo que Atalanta había igualado horas antes con Bologna, lo que aliviaba su situación en la zona de descenso, según la programación dispuesta por la TV, cuyos intereses, dice el proyecto, prevalecen "sobre la lealtad deportiva". "No grité los goles de Inter, faltaría más, pero tengo que reconocer que el partido se jugó bajo un clima surreal", afirmó el jugador argentino de Lazio, Cristian Ledesma, ausente por suspensión, tras lo cual reivindicó a sus compañeros. "Es demencial que por exigencias de la TV los partidos de definiciones no se jueguen simultáneamente", acusó Sergio Campana, titular del sindicato de futbolistas italianos.
Lotito reveló la amenaza a ANSA horas después de que en el Parlamento italiano se anunciaran proyectos de investigación sobre el partido que Inter ganó 2-0, ante un Lazio que ofreció escasa resistencia, desalentado por sus propios fanáticos.
Si Inter perdía, Roma, clásico rival de Lazio, hubiese quedado como nuevo líder, a sólo dos fechas del final del torneo, aunque lo ocurrido en el Olímpico presagia un clima caliente para la final de Copa Italia que Inter y Roma jugarán justamente en el mismo estadio capitalino.
"Deberían sentir vergüenza de ganar un partido así", espetó Rosella Sensi, presidente de Roma, a lo que Massimo Moratti, su par de Inter, replicó que su club "no tiene nada de qué avergonzarse", pero evitó subir la polémica. "Se escribió una de las peores páginas en la historia del calcio", insistió Giampaolo Montali, dirigente de Roma, en tanto Moratti dijo que "el problema aquí es entre Roma y Lazio" y admitió que fue "extraño" ver a los hinchas de Lazio gritando los goles de Inter. Sin identificar a fanáticos de Roma, Lotito contó a su vez que jugadores y dirigentes de su club recibieron "verdaderas amenazas físicas" para que Lazio ganara y que él mismo recibió un sobre con proyectiles de grueso calibre con la inscripción "si no le ganan a Inter están acabados". "Lazio y sus hinchas no aceptamos insultos, evidentes o insinuados. La deportividad y la lealtad de Lazio y sus jugadores no puede ser puesta en duda por nadie", agregó Lotito, en un comunicado que envió a ANSA, pero sin formalizar la denuncia ante la policía. Sin dar nombres, Lotito recordó que tras el clásico que Roma ganó 2-1 a Lazio, el capitán de Roma, Francesco Totti, se burló de los hinchas laziales indicándoles que su equipo se iba a la Serie B, un gesto citado por fanáticos en emisiones radiales.
Tras apuntar a la prensa que agrandó cruces y polémicas, Lotito advirtió a los políticos que "el deporte no quiere invasiones de campo", sino que precisa de "instrumentos jurídicos" para combatir a los fanáticos violentos. Los carteles "Scudetto game over" y "Oh nooo", exhibidos por hinchas de Lazio tras los goles de Inter, en medio de abucheos a los propios jugadores que hacían algún esfuerzo (como el arquero uruguayo Fernando Muslera o el atacante argentino Mauro Zárate) fueron objeto de repudio de la clase política.
Los senadores del opositor Partido Democrático, Raffaele Ranucci y Roberto Della Seta, anunciaron la presentación de una interrogación parlamentaria para exigir que los partidos de final de campeonato vuelvan a jugarse en horario simultáneo, tras calificar de "vergüenza" el cotejo de la fecha 36.
Lazio jugó con Inter ya sabiendo que Atalanta había igualado horas antes con Bologna, lo que aliviaba su situación en la zona de descenso, según la programación dispuesta por la TV, cuyos intereses, dice el proyecto, prevalecen "sobre la lealtad deportiva". "No grité los goles de Inter, faltaría más, pero tengo que reconocer que el partido se jugó bajo un clima surreal", afirmó el jugador argentino de Lazio, Cristian Ledesma, ausente por suspensión, tras lo cual reivindicó a sus compañeros. "Es demencial que por exigencias de la TV los partidos de definiciones no se jueguen simultáneamente", acusó Sergio Campana, titular del sindicato de futbolistas italianos.
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