martes, 29 de junio de 2010

Otra vez los hinchas argentinos

Simpatizantes de Argentina y México se tomaron a golpes de puño al término del encuentro que la Selección le ganó a los aztecas 3-1 en el estadio Soccer City de Johannesburgo, por los octavos de final del Mundial 2010.
Testigos del incidente dijeron que los hinchas albicelestes se "vengaron" a las trompadas de una serie de insultos de habían recibido de parte de los mexicanos durante los minutos iniciales del partido.
Cuando finalizó el encuentro, un grupo de policías se quedó junto a los aficionados para evitar complicaciones, pero minutos más tarde los agentes se marcharon, dejando la "zona liberada" para que los hinchas comenzaran a pelearse.
Los testigos dijeron que los simpatizantes argentinos tenían camisetas de Boca y bombos, y atacaron a los mexicanos a golpes de puño después de haber sido, presuntamente, agraviados por los aficionados del "Tri" durante el partido.
"Los mexicanos no paraban de insultarnos y cuando terminó el partido, cobraron. Les pegaron los de Boca. Les pegaban con los tubos esos de plástico de las banderas", indicó Ariel, un simpatizante argentino.
"Un mexicano se cayó en medio de dos asientos y ahí le dieron con todo", agregó el hincha, que también dijo que los mexicanos insultaron durante gran parte del encuentro a los aficionados de Argentina que, al final, reaccionaron.
Ariel señaló que los aztecas "se la pasaron puteando todo el partido, sin ninguna necesidad".
En caso de que las cámaras de seguridad hayan registrado las imágenes del incidente en el Soccer City, los involucrados en la batahola corren el riesgo de ser expulsados del Mundial si las autoridades de seguridad de este país logran identificarlos y dar con su paradero.
Hinchas argentinos que generaron disturbios en el encuentro debut de la Selección en el torneo (frente a Nigeria), el pasado sábado 12 de junio en Johannesburgo también, pero en el estadio Ellis Park, fueron detenidos y enviados de regreso a Buenos Aires.
El testigo dijo que los mexicanos también arremetieron contra los argentinos, pero igual se llevaron la peor parte.
Ariel, como pidió ser llamado, se abstuvo de comentar sobre si los simpatizantes nacionales eran barrabravas de Boca.

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