domingo, 29 de agosto de 2010

Alrededor de 1.500 aficionados rojiblancos dan color al estadio Rico Pérez

Hay hambre por ver al Athletic de la temporada 2010-11. El estadio Rico Pérez fue una buena prueba de ello. En torno a 1.500 seguidores rojiblancos se dieron cita en el campo alicantino. Estaban formados por tres grupos de personas, los peñistas de Alicante y provincias limítrofes, vascos residentes en el País valenciano y turistas que apuran sus últimos días de vacaciones en el Mediterráneo.
Hubo un par de momentos en los que parecía que el Athletic era el equipo local. A las 16.30 horas de la tarde, cuando el autobús del equipo de Joaquín Caparrós aterrizó en el estadio, dos centenares de aficionados con camisetas rojiblancas le recibieron con gritos de ánimo. Cuando el Hércules se presentó a los pocos minutos, apenas cinco decenas de hinchas blanquiazules repararon en su presencia.
Como una fiesta
El otro instante de dominio rojiblanco fue cuando Llorente anotó en 0-1, recibido con un clamor. Trece años después, el Hércules volvió a jugar un partido de Primera División. Y sus seguidores se lo tomaron como una fiesta al máximo nivel. La plaza de La Viña acogió a mediodía de ayer un inusual acto, un hermanamiento de grupos de hinchas de los dos conjuntos, organizado por la agrupación herculana 'Los Txupones' y la Federación Internacional de las Peñas del Athletic Club. Fernando García Macua, el máximo responsable del Athletic, asistió a saludar a los asistentes antes de acudir a la comida oficial con el consejo de administración del Hércules.

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