viernes, 10 de diciembre de 2010

La prensa rusa ignora la crónica del Spartak en señal de protesta

El principal diario deportivo ruso "Sport-Express" no incluye este jueves ninguna crónica del partido de Liga de Campeones disputado anoche por el Zilina y el Spartak Moscú (1-2) en protesta por el violento comportamiento de los hinchas rusos.
"La vergüenza de toda Europa", titula en su portada el periódico, que critica con dureza a los seguidores del equipo más laureado de la historia de Rusia, que lanzaron bengalas y petardos al terreno de juego, lo que obligó a suspender el encuentro durante 20 minutos poco después del pitido inicial. La única referencia que el periodista enviado a la ciudad eslovaca hace sobre el partido se puede leer al final de la crónica en la posdata.
"Sobre el partido, disculpen, pero no les voy a contar nada. Si quieren, búsquenlo en internet o en la televisión. Si no quieren, tendrán que conformarse con las estadísticas", señala. El cronista añade: "A mi personalmente el fútbol en el marco de lo ocurrido me pareció algo insignificante y profundamente sobrante".
Tanto el "Sport-Express" como el diario digital Gazeta.ru, uno de los más leídos del país, piden sanciones para el Spartak y advierten sobre el peligro de que los aficionados rusos acaben siguiendo la senda de los "hooligans" ingleses. Y recuerdan el revés que supone el violento comportamiento de sus hinchas para la imagen de Rusia, país que organizará los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014 y el Mundial de fútbol en 2018.
El director general de la candidatura rusa para acoger la Copa Mundial en 2018, Alexéi Sorokin, ha reconocido que los hinchas violentos son uno de los mayores problemas que aquejan al fútbol ruso. Según los activistas de derechos humanos, las organizaciones de aficionados suelen tener ideología ultranacionalista o neonazi y simpatizan con los grupos contrarios a la inmigración.
Todos los fines de semana aficionados de los principales clubes rusos -Spartak, CSKA, Zenit, Lokomotiv o Dinamo- se citan en ciertas zonas de la ciudad y protagonizan batallas campales, en las que raramente interviene la policía. Según la prensa deportiva, los rusos han dejado de acudir a los estadios en familia por temor a las reacciones violentas de los seguidores

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