Doce mil personas abandonaron Los Cármenes el pasado sábado henchidas de alegría por la victoria del Granada en el último minuto. Un puñado de espectadores, sin embargo, se marchó del recinto zaidinero con un sentimiento agridulce. Los cinco heridos por la caída de una valla, camino de distintos hospitales donde recibieron el alta en unas pocas horas. Los directivos del Granada, preocupados por la salud de esos aficionados e inquietos por la posibilidad de que lo sucedido tras el golazo de Diego Mainz pudiera tener consecuencias disciplinarias.
El secretario de la junta gestora, Pedro González Segura, confía en que lo reflejado por el árbitro en el acta no conlleve sanción alguna para el club. «El colegiado no tenía pensado incluirlo en el acta pero al ser informado por la Policía, sí lo especificó. Federativamente, no tendrá consecuencias. Puede que intervenga Antiviolencia aunque pienso que el club actuó con celeridad y diligencia por lo que no se nos puede acusar de nada», indica.
El testarazo de Diego Mainz supuso tres puntos y desató la euforia, tanta que al ir el central a celebrar el gol con la afición, se acercó demasiado y una parte de la valla cedió ante la avalancha de personas. Según fuentes de Gegsa, empresa municipal que gestiona Los Cármenes, la valla está provista de un mecanismo para que ceda ante una presión determinada y se eviten así los aplastamientos.
Los heridos fueron atendidos por Cruz Roja y trasladados después a diversos centros hospitalarios mientras que los empleados de seguridad y la Policía restableció la normalidad en pocos minutos en la zona del incidente. «El sistema previsto para estos casos funcionó bien aunque seguimos trabajando para mejorar y para que no vuelvan a pasar cosas así», añade González Segura.
El secretario de la gestora ve comprensible que los jugadores se dirigieran a la grada para celebrar el gol, que suponía una victoria épica tras remontar un gol con diez jugadores, pero espera que después de lo sucedido se lo piensen dos veces antes de volver a hacerlo. Para Diego Mainz no habrá consecuencias disciplinarias más allá de la tarjeta amarilla que vio tras la celebración.
El secretario de la junta gestora, Pedro González Segura, confía en que lo reflejado por el árbitro en el acta no conlleve sanción alguna para el club. «El colegiado no tenía pensado incluirlo en el acta pero al ser informado por la Policía, sí lo especificó. Federativamente, no tendrá consecuencias. Puede que intervenga Antiviolencia aunque pienso que el club actuó con celeridad y diligencia por lo que no se nos puede acusar de nada», indica.
El testarazo de Diego Mainz supuso tres puntos y desató la euforia, tanta que al ir el central a celebrar el gol con la afición, se acercó demasiado y una parte de la valla cedió ante la avalancha de personas. Según fuentes de Gegsa, empresa municipal que gestiona Los Cármenes, la valla está provista de un mecanismo para que ceda ante una presión determinada y se eviten así los aplastamientos.
Los heridos fueron atendidos por Cruz Roja y trasladados después a diversos centros hospitalarios mientras que los empleados de seguridad y la Policía restableció la normalidad en pocos minutos en la zona del incidente. «El sistema previsto para estos casos funcionó bien aunque seguimos trabajando para mejorar y para que no vuelvan a pasar cosas así», añade González Segura.
El secretario de la gestora ve comprensible que los jugadores se dirigieran a la grada para celebrar el gol, que suponía una victoria épica tras remontar un gol con diez jugadores, pero espera que después de lo sucedido se lo piensen dos veces antes de volver a hacerlo. Para Diego Mainz no habrá consecuencias disciplinarias más allá de la tarjeta amarilla que vio tras la celebración.
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