domingo, 27 de marzo de 2011

Detenidos dos hombres acusados de la muerte del francés que apareció en Orio

Un ajuste de cuentas por dinero. Esa es la hipótesis que la Policía francesa maneja sobre la muerte de Olivier Eckert, un bordelés de 47 años cuyo cadáver apareció el 21 de agosto en la zona marismeña de Motondo, en Orio.
La Policía gala ya ha detenido a dos hombres como presuntos autores del crimen de Eckert, un aficionado radical del Girondins de Burdeos que presentaba un disparo de escopeta en la cabeza.
Tras revelarse a finales de enero la identidad del fallecido, los investigadores de la División Criminal de la Dirección de la Policía Judicial de Burdeos han seguido la pista de estos dos individuos, imputados por homicidio, robo y estafa.
Las primeras pistas para esclarecer los hechos se inician con la datación de la muerte de Eckert, que la autopsia situó en torno al 17 de agosto.
Sin embargo, su tarjeta de crédito se utilizó hasta el día 25 en diferentes establecimientos de Iparralde, Las Landas, la zona de Burdeos y en la misma autopista A-63, según publicó ayer el diario Sud Ouest.
TATUAJES
Conocidos estos datos, la Policía gala se encaminó a una boutique de Hendaia donde se había pagado por medio de la tarjeta del fallecido. La vendedora de este establecimiento recordó perfectamente a un hombre con un llamativo anillo y tatuajes que compró dos vestidos idénticos.
Los investigadores concluyeron que el usuario de la tarjeta conocía el código, por lo que debía de formar parte del entorno cercano de Eckert.
Las pesquisas condujeron hasta Cyrill Rauzet, un cocinero viejo amigo del Eckert. Le interrogaron y lo negó todo, hasta lo evidente, según Sud Ouest. Desde principios de diciembre está en la cárcel.
En paralelo, gracias a la revisión de las llamadas de teléfono móvil tanto por la Ertzaintza como por la Policía francesa, los agentes precisaron las relaciones tentaculares de Eckert con sus conocidos.
La última llamada desde el móvil del difunto se realizó a una mujer de Dax. La policía se puso en contacto con ella y aseguró que no tenía conocimiento de ningún Olivier Eckert. Pero este hilo de la investigación estaba cosido al suceso. La mujer recordó haber conocido a un bordelés del que dio el nombre y describió que tenía un vehículo de color rojo.
La Policía volvió a fijar sus investigaciones en el entorno del fallecido. Y señalaron a Thierry Mesplède, un bordelés de 46 años con un robusto historial delictivo.
FIESTAS
Interrogado el 3 de marzo, admitió haber pasado el verano con Eckert. Hasta las fiestas de Dax estuvieron juntos y, tras discutir, se separaron. Argumentó que encontró la tarjeta de crédito en la guantera del coche.
Personados en su domicilio, los agentes inspeccionaron la vivienda, donde encontraron las dos faldas adquiridas en Hendaia. Envuelta en un edredón nórdico, hallaron una escopeta.
Las investigaciones siguen su curso puesto que aún restan flecos por cerrar en torno a la muerte de Eckert, fundador de dos grupos de aficionados ultras del Girondins, revendedor de entradas y recordado como agresor del portero del Lens, Guillaume Warmuz, en el año 1994.
Incluso, fue condenado en diversas ocasiones por hechos radicales y se le había prohibido la entrada a varios estadios de fútbol.

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