El primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, instó el miércoles a la federación de fútbol de su país a trabajar con grupos de hinchas para asegurar un Mundial 2018 libre de la violencia y las tensiones étnicas que afectaron al deporte a nivel doméstico. Días después de que el país más grande del mundo fuera elegido en diciembre como anfitrión del mayor evento deportivo del planeta por primera vez, unos 7.000 aficionados y nacionalistas causaron disturbios en el centro de Moscú, entonando cantos racistas como "Rusia para los rusos". "Prometimos a la FIFA y las comunidades mundiales y deportivas que Rusia realizará el torneo bajo los principios de la tolerancia y bondad", declaró Putin a autoridades gubernamentales responsables de la organización del evento. "Y estos principios básicos deben seguirse sin ninguna duda o compromiso", agregó. Además, dijo que la federación rusa (RFU, por su sigla en inglés) debería empezar a trabajar con varias organizaciones de hinchas para crear una atmósfera pacífica y amistosa de cara al torneo del 2018. Más de 30 personas resultaron heridas en los hechos violentos ocurridos en diciembre luego de que un hincha del Spartak de Moscú fuera asesinado de un disparo en una pelea callejera con nativos de la extensa región rusa del Cáucaso del Norte. Putin, ampliamente criticado por ayudar a Rusia a vencer a las candidaturas de Inglaterra, España-Portugal y Bélgica-Holanda en la elección de la sede del 2018, también pidió al Ministerio de Finanzas que reportara los costos de la organización del evento para el 1 de junio. "No tenemos problemas con algunos de los estadios, como en Moscú, San Petersburgo, Sochi y Kazan", aseguró Putin, quien el mes pasado se autodesignó como director del comité supervisión del Mundial. "Pero en otras regiones aún hay mucho trabajo por hacer de acuerdo a los requisitos de la FIFA", añadió. Autoridades rusas estiman que la organización costará unos 10.000 millones de dólares, aunque algunos expertos dicen que la cifra podría superar los 50.000 millones de dólares porque el país afronta la difícil tarea de construir la mayor parte de la infraestructura desde cero. Putin también confió a los responsables del fútbol doméstico la tarea de preparar una selección fuerte para el Mundial. "Esta tarea no puede ser resuelta en uno o dos años. Todavía tenemos siete años por delante y debemos hacerlo diariamente, trabajar minuciosamente con nuestros jugadores juveniles porque ellos tendrán que defender el honor de nuestra bandera en el 2018", remarcó el primer ministro ruso. "Me gustaría remarcar (...) que la preparación de nuestra selección nacional para el Mundial (2018) es la parte más importante de su trabajo", concluyó.
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