lunes, 3 de septiembre de 2012

La Curva Nord inaugura su sede y se deja la voz

Los aficionados siguen pagando las consecuencias del llamado 'fútbol moderno'. Los horarios de los partidos, controlados por las televisiones, no entienden de sentimientos. Para un valencianista medio, asistir al Nou Camp un domingo a las nueve y media de la noche se convirtió en una quimera. La recién estrenada Curva Nord, que dio una auténtica exhibición en su debut en el Santiago Bernabéu, lo aprovechó para inaugurar de forma oficial su nueva sede.
El pulmón de Mestalla tiene su casa en el corazón de Benicalap, a pocos metros de las obras del nuevo estadio. «Tenemos el mejor medio campo del mundo», comentó de forma resignada uno de sus socios cuando subía la calle Sant Roc camino de la entrada. A las seis de la tarde comenzaron a llegar los primeros aficionados del Valencia que, mientras esperaban el inicio del partido, bromearon con todo seguidor del Levante que pasaba por las calles una vez acabado el partido del Ciudad de Valencia. Benicalap siempre ha sido un barrio granota, territorio comanche blanquinegro. Con sus nuevos vecinos se adivinan jornadas deportivas de sana rivalidad.
La sede de la Curva Nord cuenta con todo tipo de comodidades, divididas en dos plantas. Desde el piso superior se pueden seguir los partidos en dos grandes pantallas de cine. Pero anoche las primeras imágenes que mostró el proyector no fueron del Nou Camp sino de una montaje musical del estreno de la Grada Jove en Mestalla. El centenar de valencianistas demostraron señorío al aplaudir a Andrés Iniesta cuando ofreció a la grada el trofeo al mejor jugador europeo.
«Valencia es fenomenal». Con ese cántico comenzó el partido en la sede. Un recinto que puso a prueba sus cimientos cuando Soldado dispuso de la mejor ocasión del Valencia. El silencio reinó en el ambiente con el golazo de Adriano pero, pocos segundos después, volvieron los gritos de ánimo. «Desde el día que nací yo me enamoré de ti», con ese ánimo pasaron los seguidores el sufrimiento que crearon las ocasiones del Barça. El descanso fue amenizado con el encendido de varias bengalas en la calle. En la segunda parte aumentaron los nervios... y la indignación por el fuera de juego señalado a Víctor Ruiz. Los miembros de la Curva se cebaron con Pérez Lasa y con Villar: «Corrupción en la Federación». Al final, desencanto y a dormir.

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