La popularidad de Neeskens, ídolo del barcelonismo y uno de los miembros de honor de 'La naranja mecánica' de Johan Cruyff, ha caído en picado en los últimos meses en Sudáfrica. Llegó entre la iusión de los aficionados del Mamelodi Sundowns, que han pasado a verle como su mayor enemigo tras los malos resultados del club bajo su dirección.
Tras la última derrota, intentaron lincharle en el túnel de vestuarios, y nadie sabe lo que hubiera pasado si no llega a aparecer la policía. De hecho, Neeskens cuenta con vigilancia especial desde que empezó la temporada tras los graves incidentes acaecidos en la anterior, cuando dejó escapar un título que tenía casi ganado tras perder cuatro de las últimas seis jornadas, y caer en la final de Copa ante el Supersport United por 2-0. Ese día sucedió el primer gran incidente. Los hinchas sudafricanos destrozaron su vehículo tras intentar acceder al vestuario para agredirle.
Pero la gota que parece haber colmado el vaso del holandés ha llegado. El Mamelodi Sundowns caía por 2-0 ante el Moroka Swallows en la primera mitad, y los aficionados que se habían dado cita en el Germiston Stadium fueron un paso más allá. Habían intentado invadir el campo a lo largo del partido, y tras el pitido final aprovecharon el caos para acudir hacia la zona de vestuarios y atacar a Neeskens.
Los guardaespaldas y la policía no tardaron en darse cuenta, pero para entonces Neeskens ya se había llevado algún que otro golpe de los hinchas, que pedían su dimisión a gritos. Con el equipo en descenso, pero sobre todo, con la peligrosa situación personal que atraviesa, todo hace indicar que la andadura sudafricana del holandés tiene una fecha de caducidad muy próxima.
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