El entrenador del Levski, forzado a dimitir por los ultras

Ivaylo Petev fue presentado el martes como nuevo técnico del Levski de Sofía, el segundo equipo más laureado de Bulgaria. Tras hacer campeón al Ludogorets en las dos últimas temporadas, el técnico tenía ante sí una nueva oportunidad para seguir creciendo. Sin embargo, durante el acto, unos ultras invadieron la sala de prensa y le arrancaron la ropa del club. Sólo un día después y tras consultarlo con su familia, Petev hizo pública su renuncia al cargo.

"Lo que pasó el martes fue muy feo y no me gustaría trabajar en un ambiente así", valoró Petev, víctima del radicalismo de unos aficionados que le consideran hincha del CSKA, el gran rival capitalino. Tal extremo fue negado por el entrenador, de 38 años, cuya modesta carrera como futbolista finalizó en junio de 2010.

"Nunca dije que fuera seguidor del CSKA. No soy simpatizante de ningún otro club de Sofía", ratificó Petev, que considera el caso como algo "anormal" e "impropio del siglo XXI". "No soy un criminal, tampoco un ladrón. Sin embargo, el martes me hicieron sentir exactamente así", concluyó el preparador, que había firmado un contrato hasta junio de 2015.

Sin embargo, Petev no llegó siquiera a dirigir su primer entrenamiento, programado para la mañana del miércoles. De hecho, presentó su dimisión unas horas antes. El Levski, sexto en la tabla a nueve puntos del líder (Ludogorets), anunció que Antoni Zdravkov se hará cargo de la plantilla. Curiosamente, el nuevo técnico debutará en el banquillo el próximo 19 de octubre en el derbi de Sofía ante el CSKA.

Zdravkov, ex defensa internacional y hasta ahora responsable del fútbol base, se convierte de este modo en el quinto inquilino de un banquillo por donde también desfilaron Ilian Iliev, Nikolay Mitov y Slavisa Jokanovic, ex jugador de Oviedo y Tenerife, entre otros.

"Petev no merecía tal recepción. Me llamó por la mañana y me dijo que por la situación actual, rechaza ocupar el puesto", dijo en rueda de prensa el propietario del club, Todor Batkov, reiterando que el incidente es una "mancha" y "vergüenza" para el Levski.