jueves, 7 de noviembre de 2013

La única tensión, en la 'grada'

Se esperaba una noche tranquila en el Manzanares. El Atlético tenía encarrilado el billete para los octavos de final de la Champions y con un triunfo, la clasificación sería matemática. Es más, tras el empate que se produjo en Rusia entre Zenit y Porto, la victoria le daba a los colchoneros la primera plaza, clave para el cruce de esa eliminatoria. La entidad del rival (y el 0-3) de la ida hacía presagiar que los rojiblancos no tendrían problemas para lograrlo. El partido había que jugarlo, claro. Lo que no se esperaba es que los mayores nervios que se vivieron tendrían lugar en la calle.
Media hora antes de que comenzara el encuentro, se produjeron momentos de tensión en el Paseo de Virgen del Puerto. Por allí llegaban los seguidores más radicales del Austria de Viena, escoltados por la Policía, para presencia el partido. Junto a ellos, ultras del Real Madrid, con los que están hermanados. No tardaron en llegar los primeros insultos de los radicales a aficionados colchoneros que se encontraban en la zona e incluso algún palo voló hacia estos seguidores. Afortunadamente, el asunto no pasó a mayores y tras un férreo cacheo policial, los radicales accedieron al estadio. La afición del cuadro vienés tiene una fama complicada. No hay que olvidar que en 2009, los ultras de este equipo la montaron en un partido de Europa League ante el Athletic de Bilbao. El choque tuvo que ser suspendido durante unos 20 minutos por la invasión del terreno por parte de estos ultras, que habían exhibido banderas españolas preconstitucionales y habían gritado 'Viva Franco'.
Ayer por la mañana, un centenar de aficionados se dieron cita en el Cerro para presenciar el choque de la Youth League entre los juveniles de ambas escuadras. Allí también se vivió algún momento de tensión, con enfado por el precio de las entradas e insultos realmente feos a los jóvenes jugadores rojiblancos por parte de un reducido grupo.
Eso sí, en honor a la verdad, no provocaron mayores problemas. Al acabar el choque, como suele ser habitual en los partidos de los países nórdicos, los aficionados cantaban con los jugadores austriacos, quienes les agradecían el esfuerzo de haberse desplazado a Majadahonda. Pero los que realmente agradecieron la visita fueron los bares aledaños a la Ciudad Deportiva, que se llenaron de enormes hinchas hambrientos de tapas y sedientos de cerveza.
En total, unos 1.500 aficionados del Austria de Viena, la gran mayoría pacíficos, estuvieron en las gradas del Vicente Calderón animando a su equipo. Muy ruidosos, pues no callaban ni con el 3-0

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