La reciente detención y posterior puesta en libertad de tres de los que se presumían como nuevos líderes de los Ultras Sur en nada ha cambiado en la relación del grupo radical con los dirigentes del Real Madrid. La relación está rota y el club resiste a todo tipo de presiones que está recibiendo. El objetivo de los Ultras no es otro que el de entrar en el Santiago Bernabéu en el próximo Clásico, pero han vuelto a recibir la negativa por respuesta por parte de los dirigentes blancos.
Los Ultras están forzando al máximo para lograr entrar tanto en el clásico de Liga como en la final de la Copa del Rey e incluso han amenazado con tomar el estadio Alfredo di Stéfano en el partido que el Castilla disputará ante el Mallorca, que se celebra tres horas antes del inicio del choque ante el Barcelona. El club se muestra inflexible y no dará facilidad alguna para su regreso al Bernabéu o su aparición en Mestalla.
Los dirigentes de la entidad madridista están estudiando la posibilidad de adelantar el partido del Castilla para evitar el problema, ya que nada pueden hacer a la hora de impedir la entrada a Valdebebas. Incluso, para evitar problemas en pasados partidos, a los jugadores del segundo equipo blanco les recomendaron no celebrar los goles en la zona que ocupan los Ultras en el Di Stéfano.
Dentro del conglomerado en el que se ha convertido la nueva grada de animación, que por cierto aumentará su capacidad de cara a la próxima temporada, siguen existiendo grupos, algunos de los cuales pertenecen al sector pacífico de la antigua configuración del fondo sur. Pues bien, estos han amenazado con dar la espalda en el Clásico y no participar en la 'decoración' y animación del partido, en caso de que no entren los ultras expulsados. Extremo que no tiene ninguna posibilidad de que suceda.
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