Llamaba la afición al "bufandeo" en el minuto 24 de cada parte para llevar en volandas a su equipo, y respondían desde el césped los jugadores en forma de esfuerzo y liderazgo deportivo. Muy buena tarde de fútbol para todos los aficionados a este deporte, sol radiante, temperatura primaveral y un partido para salir de la quema y afianzarse a ser uno de los equipos que den la espalda a la zona de descenso. Se aprieta la cosa en la zona baja de la clasificación a falta de 10 jornadas para el termino de la Liga BBVA y nadie quiere arrojar la toalla.
Todo hacía presagiar que sería una tarde mágica, volvía a la titularidad el capitán "El Mago de Rábade" Trashorras, y la afición estaba llamada a seguir siendo vital para el resurgir del equipo vallecano. Desde lejos se olía a fútbol en Vallecas, tarde de temperatura primaveral y aficionados por doquier hablando de la posible victoria, unidos para levantar esas bufandas en el minuto 24 y no parar de animar a su equipo.
Al lema de "Lo importante no es la caída, sino el aterrizaje" recibia la afición vallecana a sus jugadores
Rochina avisaba nada más empezar, pero sin asustar a un Almería que se limitaba a esperar en su campo.
Con un claro dominio de balón, y con balones colgados, poco a poco se adentraba en el área el equipo local.
Arbilla inclinó la balanza del peligro, haciendo méritos por su flanco para iluminar el primer tanto. Uno de sus centros encontró a Larrivey, pero el argentino remató casi por sorpresa.
El siguiente envío desde el lateral llevó aún más peligro, porque Falqué rozó con los tacos el gol.
Min.24 y como estaba acordaro los aficionados pusieron el estadio en pie para alentar con la "bufandada" a los suyos...y tánto fué así que a la salida de un corner Bueno se alzaba como los ángeles sobre las cabezas de los defensas almerienses y desde el punto de penalti remataba un testarazo directo a la red sin que el meta Esteban pudiera hacer nada.
Ya en la segunda mitad y con un Almería a merced de los de Paco Jémez, abrió brecha en el marcador una genialidad de Falqué amagó, quebró una cintura y después, oteó el horizonte y allí surgió la figura, la silueta de un gigante. Una sombra que augura victoria. Joaquín Larrivey.
Y cuando el choque amenazaba con ser un tedioso ejercicio de fútbol sin ganas, salió Soriano y puso pimienta. Su primera conexión con Rodri se tradujo con una pared prolongada. El mediocentro llegó con potencia y su disparo dobló los guantes a Rubén. La UD Almería, muerto durante toda la tarde, resucitaba.
Y cuando parecian despertar los de Francisco Rodríguez, volvío el argentino Larrivey para de una jugada con el capitán Trashorras, noquear de la manera más espectacular a una débil Almería que no asustó con su juego.
3-1 para salir de la zona caliente de la clasificación a falta de diez jornadas para el final.
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