El jueves de la semana que viene Sevilla y Betis se enfrentaran en la ida de los octavos de final de la UEFA Europa League. Será el el primer derbi europeo en Sevilla y el sexto de toda la historia después de Madrid, Barcelona, Milán, Bucarest y Londres.
El protocolo impuesto por la UEFA exige algunas medidas protocolarias que los clubes deben llevar a cabo en los momentos previos al partido. Algo impensable en Sevilla por la máxima rivalidad entre los dos equipos. Sin embargo habrá que cambiar un poco la dinámica de la previa y incrementar la seguridad.
El primer aspecto protocolario es el entrenamiento del día previo en el campo donde se disputará el partido, a no ser que se justifiquen causas mayores y justificadas. Será el Betis, primero, el que vaya al Sánchez Pizjuán a realizar su última sesión de entrenamientos. Los equipos no pondrán ninguna objeción pero el problema podría estar en la seguridad, ya que algunos aficionados ultras puede que quieran acompañar a su equipo al campo del rival.
Otra medida impuesta por la UEFA es que el entrenador del equipo rival, en primer lugar el Betis, tendrá que atender a los medios de comunicación en la sala de prensa del estadio del partido. Es decir, Calderón tendrá que hacer la rueda de prensa previa en el Sánchez Pizjuán.
Otra opción, que parece la más lógica, es que cada equipo entrene y haga la rueda de prensa en su estadio, algo que la UEFA no parece dispuesta. Los emisarios de la organización deberían estar en los dos campos y no parece que estén por la labor.
Los clubes se reunieron en la tarde de ayer para ponerse de acuerdo en el modo de actuar en los dos partidos, y ponerse de acuerdo en el precio de las entradas para las aficiones visitantes, que será de 35 euros en ambos campos.
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