lunes, 7 de abril de 2014

Una pancarta de "sólo japoneses" desata un debate sobre intolerancia

 Durante cerca de dos décadas, Shunji Usui ha sido un habitual en los partidos del Urawa Red Diamonds en el estadio Saitama a las afueras de Tokio, una cara dentro de la afición más ávida - y a veces rabiosa - de los clubes de fútbol japoneses.
Sin embargo, en las últimas semanas el orgullo de Usui por el excampeón de Asia ha sido calmado por la vergüenza de que el equipo que ama haya sido señalado como un símbolo del tipo de comportamiento intolerante que alientan las políticas conservadoras del primer ministro nipón, Shinzo Abe, según sus críticos.
El 8 de marzo, una pancarta que decía "sólo japoneses" fue colgada sobre una de las puertas del estadio detrás de una portería en una zona llena de los seguidores más radicales del club. A pesar de las protestas de los presentes, permaneció en su lugar hasta el final del partido.
Como consecuencia, el club propiedad de Mitsubishi Motors recibió la sanción más fuerte de las dos décadas de historia de la liga profesional japonesa - jugar con el estadio vacío.
La sanción costó 1 millón de dólares al Urawa en venta de entradas. Además, se disolvieron más de 10 peñas del Reds, incluido los UB Snake, el grupo responsable de la pancarta.
Cuando los seguidores Reds volvieron al estadio para un partido de copa esta semana, se les prohibió la entrada de banderas y tambores. Esencialmente los aficionados se encuentras a prueba, y la única pancarta del partido era la de un responsable del club advirtiendo a los fanáticos sobre el comportamiento discriminatorio.
"Hay gente que odia a los extranjeros en Japón, incluso hay gente que odia a los extranjeros en este estadio", dijo Usui, un profesor de 52 años en una escuela local.
"Al quedarnos quietos y sin decir nada, les dimos una plataforma para expresar ese tipo de ideas. Por lo que ahora merecemos pagar por ello", dijo.  Durante cerca de dos décadas, Shunji Usui ha sido un habitual en los partidos del Urawa Red Diamonds en el estadio Saitama a las afueras de Tokio, una cara dentro de la afición más ávida - y a veces rabiosa - de los clubes de fútbol japoneses.
Sin embargo, en las últimas semanas el orgullo de Usui por el excampeón de Asia ha sido calmado por la vergüenza de que el equipo que ama haya sido señalado como un símbolo del tipo de comportamiento intolerante que alientan las políticas conservadoras del primer ministro nipón, Shinzo Abe, según sus críticos.
El 8 de marzo, una pancarta que decía "sólo japoneses" fue colgada sobre una de las puertas del estadio detrás de una portería en una zona llena de los seguidores más radicales del club. A pesar de las protestas de los presentes, permaneció en su lugar hasta el final del partido.
Como consecuencia, el club propiedad de Mitsubishi Motors recibió la sanción más fuerte de las dos décadas de historia de la liga profesional japonesa - jugar con el estadio vacío.
La sanción costó 1 millón de dólares al Urawa en venta de entradas. Además, se disolvieron más de 10 peñas del Reds, incluido los UB Snake, el grupo responsable de la pancarta.
Cuando los seguidores Reds volvieron al estadio para un partido de copa esta semana, se les prohibió la entrada de banderas y tambores. Esencialmente los aficionados se encuentras a prueba, y la única pancarta del partido era la de un responsable del club advirtiendo a los fanáticos sobre el comportamiento discriminatorio.
"Hay gente que odia a los extranjeros en Japón, incluso hay gente que odia a los extranjeros en este estadio", dijo Usui, un profesor de 52 años en una escuela local.
"Al quedarnos quietos y sin decir nada, les dimos una plataforma para expresar ese tipo de ideas. Por lo que ahora merecemos pagar por ello", dijo.

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