martes, 6 de mayo de 2014

El prefecto de Roma niega negociaciones con los ultras

En Italia sigue la polémica sobre los incidentes que ocurrieron antes de la final de Copa. El hincha napolitano Ciro Esposito, hospitalizado tras haber recibido un tiro, está fuera de peligro aunque los médicos están averiguando los daños en su columna vertebral, que parecen graves. Sin embargo, no están claras las circunstancias del incidente. Al parecer, Daniele De Santis, líder de los ultras del Roma, antes de abrir fuego provocó lanzando petardos a los napolitanos, que reaccionaron causando una violenta pelea, la cual acabó con los disparos y tres heridos. Los cuatro protagonistas están hospitalizados y fueron arrestados.
El partido empezó con 45 minutos de retraso, aunque las autoridades, que quieren dar imagen de autoridad ante el vandalismo, aseguran que no hubo ninguna negociación con los ultras para dejar disputar el choque. “La decisión ya estaba tomada”, declaró el prefecto del Roma (homólogo en España del delegado de Gobierno), Giuseppe Pecoraro: “Los hinchas del Nápoles sólo querían informaciones sobre los heridos y conseguimos tranquilizarlos”. Negociación o no, la organización de la final fue un desastre: hubo disturbios e incidentes en varias zonas del Olímpico, el ambiente en los alrededores del estadio era tenso y la sensación de peligro constante.
El presidente de la Federación italiana de fútbol, Giancarlo Abete, aseguró que Roma podría no volver a albergar finales, a partir de la próxima Supercopa (Juventus-Nápoles). Pero las palabras más impactantes de toda esta situación fueron pronunciadas por la persona más afectada, la madre de Ciro Esposito: “Ya he perdonado a De Santis, pero no entiendo porqué tiene que pasar esto. Somos hermanos italianos. El fútbol es para divertirse”. Ella fue capaz de perdonar, la opinión pública italiana no debe hacerlo: lo que debió ser una fiesta se convirtió en una tragedia que no puede repetirse.

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