El árbitro del Standard-Zulte (1-2) tuvo que detener el encuentro en el minuto 80 y enviar a los jugadores al vestuario. Todo porque los ultras locales, situados detrás del banquillo, comenzaropnr a tirar objetos al campo y patalear los asientos como protesta por la marcha del equipo. En un principio sólo hubo continuos cánticos contra el entrenador, Luzón, y contra el presidente, Roland Duchâtelet. Sin embargo, una piedra impactó en un cámara de televisión según testigos presenciales y el encuentro tuvo que pararse con 0-1 en el marcador y serias amenazas de no volver a reanudarse.
Al final, el partido continuó pero el colegiado no dio ni un minuto de alargue para evitar males mayores. El último clasificado ganó a domicilio en un estadio en pie de guerra. El gol local lo hizo M'Poku y los visitantes Bongonda yTroisi. El jueves jugará allá el Sevilla en la tercera jornada de la fase de grupos de la Europa League.
No hay comentarios:
Publicar un comentario