miércoles, 19 de noviembre de 2014

5 tragedias ocurridas en el fútbol

Por desgracia, el fútbol no siempre es noticia por buenos goles, grandes partidos o hitos que marcarán una leyenda. El deporte del balompié desata tales pasiones que algunos, llamados ultras, las llevan a su máximo esplendor. Tanto, que en alguna que otra ocasión, resulta hasta peligroso asistir a un estadio. Eso es lo que debieron pensar algunos aficionados que asistieron al Giuseppe Meazza para presenciar el encuentro entre Italia y Croacia cuando vieron caer una lluvia de bengalas. Pero eso no es lo único que ocurre en el fútbol y no siempre es por culpa de los ultras. En algunas ocasiones hasta la policía ha sido responsable. Por ello, el ‘A Por el Mundial‘ guardamos la pelota, desdibujamos la sonrisa de ver buenos goles y repasamos las peores tragedias ocurridas en un campo de fútbol.

1. La tragedia de Heysel



Quien tenga más o menos conocimiento de la historia del fútbol ya sabrá de lo que hablamos. Sin duda, lo ocurrido en Heysel aquella tarde de mayo de 1985 pasó la historia negra del fútbol, posiblemente la peor tragedia ocurrida en un estadio. Liverpool y Juventus se citaban en Heysel para pelear por la UEFA Champions League. Las aficiones se repartieron en el estadio dejando una zona para el seguidor local. Pero esas entradas reservadas para el pueblo belga fueron adquiridas por seguidores ingleses e italianos, lo que desencadenaría todo lo ocurrido.
Coincidiendo seguidores ultras del Liverpool, algunos con más grados de alcohol de lo normal, se inició un lanzamiento de objetos y una avalancha hacia la zona juventina en lo que terminó con una acumulación de personas intentando huir de aquella pesadilla. El pánico hizo que muchos seguidores quedaran aprisionados y algunos fallecieran por asfixia. Desde entonces, batalla campal con alguno de los cuerpos tendidos en el campo en una imagen bochornosa. Y encima el partido se jugó en busca de calmar los ánimos.
El fútbol inglés, obviamente, fue duramente sancionado. Cinco años sin poder participar en competiciones europeas para cualquier club inglés. El Liverpool fue sancionados sin poder jugar en UEFA diez años, aunque después se rebajó a seis.

2. La avalancha en Hillsborough



Solo cuatro años después, el fútbol inglés y el Liverpool en concreto fueron los tristes protagonistas de un hecho similar. Esta vez no por la mala actuación de los aficionados sino por la mala gestión de las entradas. El 15 de abril de 1989, el Nottingham Forest y el Liverpool se jugaban el pase a la final de la Copa de Inglaterra, pero el protagonismo pasó del césped a la grada. Allí, un exceso de aforo terminó convirtiéndose en otra avalancha de gente en busca de huir de esa muchedumbre. Aquellos momentos de pánico terminaron con 96 fallecidos, todos seguidores del Liverpool.
El gobierno de Margaret Thatcher quiso responder rápidamente en busca de la tranquilidad en el fútbol inglés después de lo ocurrido en Heysel y dictó el Informe Taylor, un paquete de medidas y recomendaciones para la seguridad en el fútbol. Pero fue en 2012 cuando el primer ministro David Cameron pidió disculpas en la Cámara de los Comunes al ser la policía la principal culpable por no mantener la seguridad en el estadio.
Dentro de esas 96 personas fallecidas estaba el primo de Steven Gerrard, un mito del fútbol tanto inglés como mundial. Gerrard reconoció años después que la pérdida de su primo es la inspiración que le hace jugar a fútbol.

3. La bengala en Sarrià / El Caso Pepito



España vivió uno de sus peores momentos, posiblemente el peor de su historia, en Sarrià. El campo del Espanyol fue el triste protagonista de una noche para olvidar. Un 15 de marzo de 1992 fue la peor noche del fútbol español. Guillem Lázaro, un joven de 13 años, visitaba por primera vez un estadio de fútbol para ver a su equipo junto a su padre. Pero desgraciadamente, una de esas personas que nadie sabe porqué campa libremente se levanto para alzar una pistola y disparar un par de bengalas. La mala suerte se cebó y una de ellas terminó atravesando el pecho del joven seguidor.
No se pudo salvar la vida del joven debido al impacto del proyectil y a las quemaduras que generó. De hecho, el padre del joven terminó con graves quemaduras al intentar extraer la bengala. Lo peor, si es que hay algo peor, fue que Franco Vila, el autor de los disparos, apenas pasó dos semanas en la prisión.
En Perú ocurrió un caso similar al de Sarrià y con el mismo resultado. En un partido entre la U de Perú y el Unión Minas, un hincha lanzó una bengala que terminó impactando nada más y nada menos que en el ojo de José Mayta Torres, “Pepito”, un joven seguidor que terminó falleciendo en brazos de su madre. El autor de los hechos solo fue condenado con tres años de prisión condicional.

4. La batalla campal en el Estadio Nacional



El Estadio Nacional de Perú tiene el más que dudoso honor de ser uno de los primeros estadios en sufrir una de las mayores tragedias en el mundo del fútbol. En el 1964, también en mayo, el Estadio Nacional se llenó hasta la bandera para presenciar un duelo entre Perú y Argentina, clasificatorio para las Olimpiadas de Tokio. La albiceleste iba por delante pero a falta de dos minutos, los locales lograron empatar el encuentro. Eso sí, el colegiado Ángel Eduardo Pazos decidió anular el gol. Y desde entonces, la guerra se trasladó al estadio.
Algunos seguidores peruanos accedieron al césped buscando agredir al árbitro. La policía, en un ejemplo de lo que no hay que hacer, decidió soltar a los perros provocando un estallido de pánico mezclado con ira que terminó con una pelea entre seguidores que hasta el momento habían estado disfrutando del partido. De nuevo la policía actuó mal e intentó frenar la batalla a base de gas lacrimógeno, algo que activó más todavía la ira en busca de huir. Además, la policía cerró las puertas impidiendo la salida. ¿El resultado? 312 fallecidos.

5. La puerta número 12



Argentina es uno de los países donde más pasión hay por el fútbol, pero también donde más casos de peleas y tragedias encontramos. Una de las más recordadas es la ocurrida el 23 de junio de 1968. El Monumental de River se vestía de gala para albergar el clásico ante Boca Juniors, pero la protagonista de aquella tarde sería la puerta número 12.
Por allí debían salir los aficionados xeneizes, pero por motivos que todavía hoy no se conocen, la puerta de salida no estaba abierta y la multitud formada por la muchedumbre que quería salir del Monumental terminó con la muerte de 71 personas. La Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y los clubes reunieron una cantidad de dinero para evitar denuncias. Y solo dos familiares denunciaron a River Plate.

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