Un Riazor desangelado, con apenas unos ocho mil aficionados, asiste a la ida de los dieciseisavos de final de Copa entre el Deportivo y el Málaga, el primer partido tras el asesinato de un aficionado deportivista en los prolegómenos del partido del pasado domingo contra el Atlético de Madrid.
El minuto de silencio marcado en el arranque del encuentro como recuerdo a las víctimas de la violencia en el fútbol fue respondido con pitos por parte de buena parte de la grada, especialmente desde la zona de Maratón Superior. Al término del breve acto, se han repetido los silbidos y hasta se han oído algunos gritos de «Tino dimisión», que se han reproducido de nuevo cuando el Málaga se ha adelantado en el marcador.
El pasado domingo falleció en Madrid Francisco Javier Romerro Taboada, de 43 años, conocido como Jimmy y miembro de los Suaves, una sección de los Riazor Blues, tras unos brutales enfrentamientos a orillas del Manzanares con ultras del Frente Atlético antes de la disputa del partido de Liga entre el Atlético de Madrid y el Deportivo.
Este mismo miércoles se ha celebrado su entierro en el coruñés cementerio de Feáns, al que han acudido un centenar de familiares, amigos y aficionados para rendirle el último adiós.
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