Ni un insulto en el Calderón

Ni un insulto en el Vicente Calderón. Ni de un lado, ni del otro. El derbi que se vivió ayer a orillas del Manzanares fue un ejemplo de cómo dos aficiones pueden animar a sus respectivos equipos con respeto y sin acordarse de los rivales y empujando cada uno en su dirección.

Del lado visitante, los poco más de 50 hinchas que se ubicaron en lo más alto del Fondo Norte del estadio aparecieron en contadas ocasiones, pero siempre con respeto. Solo hubo un pequeño conato de incendio, apagado de inmediato por los hinchas que les señalaban alrededor.

Por parte local, los más de 50.000 seguidores que se dieron cita en la ida de octavos de Copa demostraron tener más que asumido que las normas han cambiado, que ya no vale todo en las gradas, que al fútbol se va a disfrutar y no a desfogarse. De ahí que, pese a que el Atlético de Madrid tenía enfrente a su eterno rival, con el que saltan chispas en cada encuentro, no saliera ni un solo improperio desde las gradas.

Ayer, además, volvió la animación al Fondo Sur del estadio. Los aficionados rojiblancos más radicales, que han dado forma de silencio a sus protestas por la expulsión del Frente Atlético del campo tras lo sucedido el pasado 30 de noviembre en las horas previas al encuentro contra el Deportivo, anunciaron que cantarían y cantaron.

También comentaron que sería una medida excepcional y que no tiene por qué suceder en los próximos compromisos que el conjunto de Diego Pablo Simeone dispute en su feudo. Los ultras apenas mencionaron el nombre de su peña en un par de ocasiones, contestadas con tímidos aplausos desde algún que otro sector de la Tribuna del Calderón.

Más de 800 agentes

Cabe resaltar que, más allá de lo que sucedió de puertas hacia dentro en el Vicente Calderón, tampoco se registró incidente alguno en los aledaños del estadio en las horas previas al duelo. El dispositivo de seguridad previsto para el duelo, formado por 800 agentes (300 de ellos antidisturbios), controló en todo momento la situación, realizó los rigurosos cacheos y no permitió la entrada de ningún tipo de pancarta u objeto prohibido en el recinto.