Los ingleses han vivido en las últimas semanas con pasiones enfrentadas el inminente regreso al fútbol de Ched Evans, jugador que fue encarcelado en 2012 por violación. A su vuelta se han opuesto aficionados y patrocinadores de los clubs que se han interesado por ficharle. El Oldham, de Tercera División, ultima su fichaje al tiempo que su principal sponsor ha rescindido su contrato.
Evans, delantero de 26 años, siempre ha mantenido su inocencia de la acusación de violar a una chica de 19 en 2011 en un hotel de Rhyl, norte de Gales. El jugador sostiene que mantuvo relaciones sexuales consentidas con la joven. Pero en abril de 2012 un tribunal no vio suficientes pruebas para sostener la defensa de Evans y le condenó a cinco años de cárcel.
El gobierno maltés interviene
A mitad de su condena, en octubre pasado, Evans fue puesto en libertad y desde entonces su único objetivo ha sido regresar al fútbol. La semana pasada se supo que el Hibernians maltés se interesaba por él. Inmediatamente las asociaciones feministas de la isla mediterránea se opusieron a la llegada del internacional galés y hasta el primer ministro, Joseph Muscat, intervino advirtiendo del daño a la reputación del país que significaría la llegada del exconvicto. La polémica se zanjó al denegar el Ministerio de Justicia británico la salida de Evans para ir a Malta.
Al empezar a extenderse el rumor del interés del Oldham las redes sociales se movilizaron y en pocos días se recopilaron más de 60.000 firmas en contra del fichaje de Evans. A favor, solo 2.000. Pero el club sigue tras el delantero (ex de Manchester City, Norwich y Sheffield United) incluso pese a que su principal patrocinador, Verlin Rainwater Solutions, anunció ayer la rescisión de su contrato. Otra firma se lo piensa.
En 2007 el Oldham ya fichó a otro jugador, Lee Hughes, encarcelado por conducir ebrio en un accidente con un fallecido.
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