Córcega volverá a dejarse oir en París el 11 de abril. Veinte años después de que el Bastia disputase su última final en un torneo francés, a los tres de ascender desde la Segunda División y cinco después de malvivir en la tercera categoría, I Lioni di Furiani volverá a defender el orgullo corso en la odiada capital con un balón de por medio.
El miércoles dio el golpe en una asombrosa tanda de penalties frente al Mónaco y completó el milagro. Tras eliminar consecutivamente a Auxerre, Caen y Rennes fue a buscar el billete para la final en el Principado y mantuvo el 0-0 hasta la decisoria tanda en la que estuvo a un disparo de quedar eliminado. Falló Joao Moutinho el quinto lanzamiento, se pasó a la muerte súbita y el veterano Squillaci, ex jugador monegasco entrer 1998 y 2006, provocó el éxtasis.
Campeón de la desaparecida Copa Intertoto en 1997 (junto a Olympique de Lyon y Auxerre), el palmarés del Bastia se limita a la Copa de Francia que conquistó en 1981 ante el legendario Saint-Etienne de Platini, Rep (ex futbolista del club) Battiston o Santini. Ganó por 2-1 gracias a una diana del no menos legendario Roger Milla y no volvió a asomar la cabeza en una final hasta 1995, cuando el PSG le derrotó en la Copa de la Liga.
Hace 20 años, el 3 de mayo de 1995 y en el Parc des Princes, sendos goles de Roche y Raí derrotaron al equipo corso, que volverá a la capital para enfrentarse al gigante PSG, al que ya derrotó hace menos de un mes (el 10 de enero) en el pequeño estadio Armand-Cesari-Furiani por 4-2 provocando el éxtasis entre su hinchada.
Marcado todavía por la tragedia de Furiani, en que murieron 18 aficionados tras el desplome de una grada temporal construida para la semifinal de la Copa ante el Olympique de Marsella en 1992, el Bastia en el que jugó tres años Dani Solsona y en el que debutó profesionalmente Alexandre Song volverá a disputar una final. Y en Córcega, tierra de Napoleón, la euforia se ha desatado.
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